Ejército de Israel ha declarado esta mañana el estado de guerra después de un ataque sin precedentes desde Gaza, con el lanzamiento de cohetes y la infiltración de milicianos de palestinos en territorio israelí. “El ejército israelí declara el estado de alerta de guerra”, ha declarado un portavoz militar en un comunicado. Por el momento, hay al menos una persona muerta y 15 heridos, mientras siguen sonando las alarmas en el norte y sur del país, incluida Tel Aviv.
Testigos presenciales del ataque han comentado que posiblemente existan más víctimas tras la infiltración de milicianos de Hamás en diferentes cuarteles del ejército israelí situados en la frontera con Gaza.
Por este motivo, Israel considera responsable del ataque al grupo islamista Hamás, que ha confirmado estar detrás del ataque. Las Brigadas de Al Qasam, el brazo armado de Hamás, han reconocido que han lanzado más de 5.000 cohetes desde Gaza a Israel, y que tienen secuestrados los cuerpos de decenas de soldados israelíes muertos en enfrentamientos en la frontera.
‘Operación Tormenta de Al Aqsa’
Mohamed Deif, comandante de estas brigadas, ha propagado el lanzamiento de la operación Tormenta de Al Aqsa, “una batalla que se ha abierto con el lanzamiento de más de 5.000 cohetes hacia el corazón de Tel Aviv”.
Tras el ataque, Israel ha ordenado a los civiles de la zona central y sur del país “permanecer junto a los refugios”, mientras que los ciudadanos cercanos a Gaza deben permanecer en su interior.
Israel toma represalias y recluta soldados
Entretanto, el jefe del Estado Mayor del Ejército “evalúa la situación y aprueba planes para la continuación de la actividad del Ejército”, mientras que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha aprobado el reclutamiento de soldados de reserva ante la emergencia.
El ataque múltiple lanzado desde Gaza ha tomado por sorpresa a Israel en plena mañana de shabat, día de descanso judío, y según diversos medios, ahora las tropas israelíes están llevando a cabo bombardeos de represalia contra el enclave, bajo bloqueo israelí desde 2007, cuando Hamás tomó control de la Franja.
Expertos en política internacional creen que puede producirse una situación similar a la invasión israelí del Líbano de 1982 con nefastas consecuencias para la zona y que causo numerosas víctimas mortales. Los atacantes han ha aprovechado la fiesta religiosa judía del Shimini Atzeret, con bastantes soldados de permiso y «relajados». Se espera una respuesta contundente desde Israel y la dimisión de los mandos militares que han tenido que no han previsto el ataque.