La Comisión Europea ha autorizado este viernes el uso de tres variedades de maíz modificado genéticamente y ha renovado la autorización de una cuarta, aunque únicamente para su uso como alimento o pienso animal, pues no permite su cultivo en la UE.
Estas variedades de maíz transgénico se han sometido a un procedimiento de autorización que garantiza un alto nivel de protección de la salud humana y animal, así como del medio ambiente.
Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) emitió una evaluación científica favorable en la que concluía que estos maíces modificados genéticamente son tan seguros como sus homólogos convencionales.
La responsabilidad de adoptar esta decisión ha recaído en la Comisión después de que los Estados miembro no alcanzaran una mayoría cualificada ni a favor ni en contra de la autorización en el Comité Permanente ni en el posterior Comité de Apelación.
Las autorizaciones tienen una validez de 10 años y cualquier producto producido a partir del maíz modificado genéticamente autorizado estará sujeto a las estrictas normas de etiquetado y trazabilidad de la UE.