Llegó, habló y se marchó. Pere Aragonès, el presidente de la Generalitat, solo intervino durante 10 minutos y no se salió del guion que tenía previsto, el de los últimos seis años. Pasó por el Senado como si fuera a ser contagiado. Se negó a hacerse una foto en público con el presidente del Senado. Fue el primero en intervenir para recuperar el relato del 1-O, del que surgieron la represión, la persecución y los presos políticos. Los mismos argumentos de siempre, el mismo discurso victimista, porque según el presidente de la Generalitat, ellos fueron las víctimas, aunque el resto de los españoles piensan que fueron las víctimas de sus propios actos.
El también dirigente de ERC puso el énfasis en que todos los actos fueron «políticos», alejando la judicialización del relato, por el que algunos de sus propios compañeros de filas pasaron por un juicio, resultaron culpables, fueron encarcelados y luego indultados.
Seis años después del inicio del conflicto, Aragonés considera que la única solución es la amnistía
Aragonés puso mucho énfasis en que todos los acontecimientos de septiembre y octubre de 2017 fueron por un asunto «político», y criticó que los sucesos posteriores fueron pasar por la vía judicial todo lo ocurrido. Seis años después, Aragonès considera que la única solución para acabar con este conflicto es la amnistía.
ARAGONÉS CONSIDERA QUE LA AMNISTÍA ES EL «PUNTO DE PARTIDA» HASTA UN REFERÉNDUM PACTADO SOBRE INDEPENDENCIA
Pero con la amnistía de los encausados por el procés no acaba todo. Aragonès fue mucho más allá, al afirmar que la amnistía sólo es «el punto de partida imprescindible» de un camino que tiene como destino «que la ciudadanía vote» en un «referéndum pactado sobre la independencia». El presidente de la Generalitat se mostró convencido de que el citado referéndum, antes o después, se acabará celebrando.
Durante su comparecencia ante la Comisión General de Comunidades Autónomas, convocada por el PP en la Cámara Alta, Aragonès, que había sorprendido a todos por su asistencia ante la ausencia permanente de los presidentes de la Generalitat, aseguró haber asistido a esta convocatoria para «defender Cataluña».
ARAGONÉS ESTÁ CONVENCIDO DE QUE EL REFEÉNDUM, ANTES O DESPUÉS, SE ACABARÁ CELEBRANDO
No tuvo que escuchar la intervención de nadie porque fue el primero en hablar. Sus consignas fueron reiteradas hasta la saciedad: la amnistía es «imprescindible», justificando así las negociaciones que mantiene con el candidato a ser investido presidente del Gobierno, para «acabar contra la causa general contra el independentismo».
Su necesidad de acabar con esa causa es porque los independentistas quieren «continuar con el trabajo realizado en los últimos años», y para ello necesitan que se «reconozca la existencia de un conflicto político». En este punto dejó caer lo que está ocurriendo en la mesa de negociación con Pedro Sánchez, al asegurar que ese conflicto político solo se puede resolver «a través del diálogo y la negociación».
Por este motivo, recalcó que los acuerdos que salgan de esa negociación (sólo con Pedro Sánchez) deberán ser votados por la ciudadanía de Cataluña, como ya se había acordado por la Generalitat de Cataluña con Pedro Sánchez durante las reuniones bilaterales entre Gobierno y Generalitat durante la pasada legislatura.
Aragonés defendió en solitario la amnistía. Ningún presidente socialista, ningún miembro del Gobierno en funciones, ni ninguno de los futuros nuevos socios participó en la defensa del procès. Pero logró su objetivo, que no solo se vea a Carles Puigdemont como el adalid del independentismo. Este jueves la foto era para él, enfrentado a toda la bancada de los populares.
AYUSO TUMBA LA LECCIÓN DE VICTIMISMO CATALÁN DE ARAGONÉS
Y dado que no se iba a quedar a las réplicas de su intervención ni a escuchar lo que tenían que decir el resto de los presidentes autonómicos sobre la amnistía y el referéndum que él tanto defiende, también aprovecho en su breve intervención para criticar al PP, y de forma indirecta al PSOE, por buscar el «rédito electoral» a base de «atizar el anticatalanismo para arrancar cuatro votos».
“Si les importara Cataluña nos convocarían para hablar del mal servicio de los trenes de Cercanías, consecuencias de décadas de falta de inversión pública”, dijo para criticar que el PP solo la ha convocado para frenar la investidura de Pedro Sánchez, no porque les preocupe lo que les pasa a los catalanes «voten lo que voten y hablen la lengua que hablen».
«Si les importara Cataluña hablarían del mal servicio de trenes de Cercanías»
Como era de esperar el resto de los presidentes autonómicos criticaron en primer lugar la actitud soberbia y «maleducada» del presidente de la Generalitat por no escuchar lo que le tenían que decir ni para debatir en base a argumentos. Los trece presidentes regionales, incluidos los de las ciudades de Ceuta y Melilla, apelaron en sus intervenciones a la unidad de España «amenazada por la insolidaridad catalana».
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayusó, fue de la más contundente en sus críticas y desmontó en pocos minutos la amnistía y referéndum defendidos por Aragonès. Le acusó de ser el portavoz de Sánchez en el Senado, y dejó claro que Sánchez pretende hacer «un mercadillo con el Estado de Derecho» y ha reiterado que considera la amnistía «la mayor traición que cabe hacerle a un país. «Sánchez subasta España y las instituciones a cambio de unos meses o unos años más de poltrona», afirmó.
«España ya no tolera más indignidad. Pedro Sánchez pretende hacer un mercadillo con el Estado de Derecho, la separación de poderes, el respeto a la Corona y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el nombre de España en el mundo, la igualdad de todos ante la ley, nuestra dignidad y la verdad misma. Sánchez subasta España y las instituciones a cambio de unos meses o unos años más de poltrona. Quiere que España pida perdón a cambio de su investidura»,
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