La inteligencia artificial está transformando la forma en que los humanos interactúan con el medio ambiente. Estamos en una época en la que ha aumentado el interés en desarrollar aplicaciones de inteligencia artificial para ayudar a comprender y preservar los ecosistemas. Estas aplicaciones permiten a los científicos del medio ambiente monitorear el entorno, predecir patrones en el comportamiento de los animales, detectar posibles incidentes, y mantener el ecosistema bajo control. Esta tecnología puede ayudar a prevenir y mitigar los efectos nocivos del cambio climático, el calentamiento global, la degradación de suelos, la presión de los nutrientes y la destrucción de la biodiversidad.
En este artículo exploraremos el uso de la inteligencia artificial para monitorizar y conservar los ecosistemas terrestres, marinos y acuáticos. Desglosaremos los diferentes elementos clave que contribuyen a un ecosistema saludable y descubriremos cómo la inteligencia artificial puede contribuir al proceso de protección de estos recursos naturales. Empezaremos discutiendo los beneficios generales de la aplicación de la inteligencia artificial en la preservación de los ecosistemas, luego examinaremos los diferentes ecosistemas terrestres y los métodos utilizados para monitorearlos. Finalmente, veremos cómo esta tecnología se puede aplicar en otros entornos, incluyendo los sistemas marinos y acuáticos.
3Monitoreo de ecosistemas terrestres con Inteligencia Artificial

Los científicos ambientales utilizan sistemas de inteligencia artificial para monitorear y conservar sus ecosistemas terrestres. Estos sistemas se pueden utilizar para examinar los hábitats de los animales, detectar cambios en la distribución de la vida silvestre a través del tiempo, así como también predecir comportamientos futuros.
Uno de los métodos más comunes de monitorizar un ecosistema terrestre consiste en el uso de sensores y drones. Mediante la instalación de sensores en áreas específicas, los científicos del medio ambiente pueden monitorear el ecosistema con el fin de detectar patrones en la distribución de la vida silvestre a lo largo del tiempo. Los datos recolectados también pueden ser procesados por sistemas IA, lo que ayuda a predecir cambios de comportamiento de los animales silvestre o de los patrones de crecimiento de los árboles y plantas. Estos datos también pueden ser utilizados para identificar áreas costosas de conservación, y para diseñar mejores planes de supervivencia para los animales y plantas que viven en estos ecosistemas.
Los drones también se utilizan para monitorear un ecosistema terrestre. Estos pueden volar sobre las áreas de interés, recolectando datos en alta resolución, como imágenes de satélite. Estos datos pueden ser analizados por los algoritmos de Inteligencia Artificial para determinar qué especies viven en un sitio específico, sus patrones de viaje, signos de pérdida de hábitat y destrucción, y el impacto del cambio climático. La Inteligencia Artificial también puede ayudar a los biólogos a predecir especies raras, lo que es útil para proteger a las especies en riesgo de extinción.
Por último, los sensores y dispositivos con IA también se pueden colocar en brazaletes para rastrear los patrones de movimiento de los animales, lo que permite a los científicos determinar los hábitats que estos usan para sus migraciones y los recursos que necesitan para sobrevivir.