Hallan un cadáver en un edificio de Vigo antes de su desalojo forzoso por el estado peligroso del sistema eléctrico

El cadáver de un varón, de unos 60 años de edad, ha sido hallado este miércoles en un edificio de Vigo, minutos antes del desalojo forzoso del inmueble, ubicado en el número 13 de la calle Fisterra, en el que se detectaron hace semanas deficiencias en la instalación eléctrica que suponían un riesgo para los inquilinos.

A primera hora de la mañana de este miércoles, uno de los compañeros de piso del fallecido alertó a la Policía Local de que percibía un fuerte olor de dentro de la habitación del varón.

Fuentes policiales consultadas han confirmado que el cadáver llevaría varios días en el interior del edificio y fue ese vecino el que llamó a los agentes sobre las 7,30 horas de este miércoles. Momentos después, sobre las 9,00 horas, comenzó el desalojo del inmueble por parte de efectivos de la Policía Local.

Por ahora se desconocen las causas del fallecimiento, aunque vecinos han asegurado a los medios de comunicación que el hombre llevaba semanas enfermo y «con mala cara», aunque no quiso asistir a un centro de salud. Además, han explicado que era diabético.

Los vecinos también han indicado que el varón se dedicaba a pedir limosna por las calles de la ciudad y que era natural de Madrid.

Asimismo, han lamentado la situación «invivible» que sufrían en el interior de los edificios desalojados, donde tenían que lidiar con ratas, cucarachas o chinches.

Por ello, han criticado al Ayuntamiento de Vigo y en concreto al alcalde, Abel Cabellero, a quien han acusado de no tomar cartas en el asunto y de establecer medidas «a corto plazo», ya que por ahora, les han propuesto trasladarse a varios hoteles u hostales de la ciudad «unos 20 días» mientras no encuentran otro piso donde vivir.

«Para las luces está, pero para esto no está. ¿Por qué no da la cara? Aquí hay muchas familias y estamos en la calle», han criticado.

Todo ello después de que el pasado 19 de octubre el Ayuntamiento ordenase a los propietarios de los edificios número 11 y 13 de la calle Fisterra que procediesen a su «inmediato desalojo» por el «deficiente estado» de su instalación eléctrica, para que solucionasen la «situación de peligro», ya que en el mismo estaban alquiladas unas 46 personas.

Tras esta orden, varios de los inquilinos dejaron el inmueble para alojarse en establecimientos hoteleros pagados por el gobierno local, mientras que otros decidieron quedarse en los edificios, siendo este miércoles finalmente desalojados por la Policía Local tras recibir la autorización judicial.

REACCIONES POLÍTICAS

Ante esta noticia, no han tardado en llegar reacciones de diferentes partidos políticos con representación en la urbe. Así, el portavoz municipal del BNG, Xabier Pérez Igrexas, ha lamentado que la aparición de este cadáver asciende a 13 las personas empobrecidas halladas muertas en Vigo en «infraviviendas» o en la calle durante el último año.

«¿Cuántas personas más tienen que malmorir en la mejor ciudad para vivir para que la Xunta y el Ayuntamiento actúen», ha cuestionado el nacionalista, que urgió a desplegar una «enérgica» política de vivienda pública y de atención social frente a situaciones de vulnerabilidad.

Por su parte, la concejala de Benestar Social, Yolanda Aguiar, ha puesto en valor el trabajo llevado a cabo por las concejalías de Seguridad, Urbanismo y Política Social para la atención de las necesidades básicas de los 46 desalojados de ambos inmuebles.

Ella ha explicado que se ha puesto a disposición de los mismos un alojamiento alternativo y se ha cubierto su traslado. También se ha establecido un servicio de etiquetado y consigna de sus enseres y otro servicio de guarda y custodia de sus mascotas hasta que puedan acceder a una residencia de carácter definitivo.

Según sus cifras, por ahora hasta 28 personas están en establecimientos hoteleros de la ciudad, mientras que siete ya han encontrado una solución residencial alternativa con financiación municipal de la fianza, el aval y las primeras mensualidades. Tres de estos moradores están en recursos municipales con un piso básico y de transición a la vida autónoma y ocho han manifestado no tener necesidad de asistencia de los servicios sociales.

Aguiar ha reivindicado que «el trabajo social no acaba aquí», sino que el Ayuntamiento está implicado en la búsqueda de soluciones de vivienda definitivas para estas personas, por lo que también se financiarán las primeras mensualidades cuando se encuentren pisos en los que poder residir.