Convergència i Unió: un recorrido histórico por la política catalana

Cataluña, tierra de rica historia y profunda identidad, ha sido testigo de diversos movimientos políticos a lo largo de los años. Entre estos, uno de los más destacados ha sido Convergència i Unió, una coalición política que eligió un papel crucial en la configuración de la política catalana durante décadas, especialmente en los años 80.

Vamos a trazar la historia de esta formación desde sus inicios, el legado que recoge y como fue su final durante los primeros momentos del ‘Procés’. Cuando la formación conservadora catalanista se rompe y la mayoría de sus integrantes y votante adopta la vía del independentismo desafiando al estado español y quebrando la convivencia de una región que durante décadas fue el motor económico de España, y que ha día de hoy, ha sido superada por Madrid en este aspecto, debido en parte a la inestabilidad que ha vivido la región.

Los inicios: la fusión de Convergència Democràtica de Catalunya y Unió Democràtica

Corría el año 1978 cuando Convergència i Unió, conocida como CiU, vio la luz como resultado de la fusión de dos partidos políticos catalanes destacados: Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Unió Democràtica de Catalunya (UDC). Ambos partidos compartían la visión de lograr una mayor autonomía para Cataluña dentro del marco de la democracia española.

CDC, fundada en 1974 por Jordi Pujol, se centraba en la defensa de los intereses de Cataluña y abogaba por una mayor descentralización del gobierno. Por otro lado, la UDC, liderada por Josep Antoni Duran i Lleida, se identificaba como democristiana y abogaba por una visión más centrada en los valores cristianos.

La unión de estos dos partidos dio lugar a una coalición política que se convirtió en un actor clave en la escena política catalana durante las décadas siguientes.

La etapa de dominio: Jordi Pujol y la Generalitat de Catalunya

Jordi Pujol, figura central en la creación de CiU, se convirtió en el primer presidente de la Generalitat de Cataluña bajo esta coalición en 1980. Su liderazgo marcó una época de estabilidad y crecimiento para Cataluña. Durante su mandato, se establecieron las bases de la autonomía catalana, se invirtió en infraestructuras y se fomentó la identidad cultural catalana.

CiU se presentó como una fuerza política que buscaba obtener beneficios para Cataluña dentro del marco de la Constitución española. La estabilidad política y el crecimiento económico durante este período consolidaron la posición de CiU como la principal fuerza política catalana.

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Jordi Pujol

Desafíos y cambios: crisis económica y nuevos horizontes

Sin embargo, la estabilidad no perdurará indefinidamente. La crisis económica que afectó a España en la década de 2000 tuvo un impacto significativo en Cataluña, y CiU se enfrentó a desafíos económicos y sociales que pusieron a prueba su liderazgo. La demanda de independencia también se intensificó, con un aumento en el apoyo a partidos independentistas.

En este contexto, CiU experimentó cambios internos y desafíos en su estructura política. La cuestión de la independencia dividió a la coalición, con algunos miembros abogando por una postura más independentista y otros manteniendo la visión original de obtener una mayor autonomía dentro de España.

El final de una era: CiU y el proceso soberanista

El proceso soberanista que culminó en el referéndum de independencia de 2017 marcó el final de una era para CiU. La coalición se dividió en medio de posturas encontradas sobre la independencia, y su influencia política disminuyó.

Convergència Democràtica de Catalunya se transformó en el Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCAT), mientras que Unió Democràtica de Catalunya se disolvió. CiU, tal como se conocía, dejó de existir, y el panorama político catalán se reconfiguraba con nuevos actores y dinámicas y con un futuro incierto para la región, tanto a nivel social, como a nivel económico y político.