La seriedad y soledad del Rey Felipe VI ante la amnistía de Pedro Sánchez

El Rey Felipe VI no debe ni puede pronunciarse sobre la amnistía. Un contraste con el recordado discurso del 3 de octubre de 2017, cuando lanzó un mensaje contundente para denunciar la «deslealtad» del Gobierno de la Generalitat, encabezada entonces por Carles Puigdemont.

La ley de amnistía, pactada ahora por el PSOE de Pedro Sánchez con el prófugo de Waterloo, Carles Puigdemont, y ERC, liderado por el indultado Oriol Junqueras, abre ahora un escenario muy incierto en España. Todo, por «hacer de la necesidad virtud», como justificó Pedro Sánchez. Pero el Rey Felipe VI guarda silencio. Un silencio debido, prudente y obligado.

El Rey Felipe VI celebraba hace casi tres semanas la jura de la Constitución de la Princesa Leonor. La imagen del monarca sonriente, riendo en numerosas ocasiones, con una mirada cómplice y gestos de cariño hacia su hija fueron la tónica en la jornada previa al Día de Difuntos. Al Rey se le debió borrar la sonrisa en plena celebración privada en El Pardo cuando el PSOE asestaba su primer mazazo. A última hora de la tarde, se materializaba el acuerdo con ERC, con un traspaso de competencias y quita de deuda. La financiación económica es el eje principal.

Este acuerdo ha desatado las alarmas en las agencias de calificación por el «riesgo político» y «moral» que supone perdonar cerca del 17% de la deuda, que aliviarán en otros 1.300 millones los gastos en intereses. El agravio estaba en Madrid y País Vasco, las únicas Comunidades Autónomas que no han solicitado un céntimo al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

PEDRO SÁNCHEZ DESAUTORIZA AL REY SEIS AÑOS DESPUÉS

Nueve días después se dio a conocer el pacto con Puigdemont, el mismo criticado por Felipe VI tan solo seis años antes por haber «vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado».

El desleal y prófugo de Waterloo mostraba su foto con Santos Cerdán, número tres del PSOE. Por este motivo, las personas cercanas al Rey Felipe VI le pidieron un «semblante serio» durante la promesa del cargo en La Zarzuela.

Ni una sonrisa, ni una mueca, ni un gesto de cercanía. Una frialdad recorrió la estancia, con ausencia de símbolos religiosos y de apenas dos minutos. El ambiente era de absoluto silencio. Habló Sánchez, leyó y se marchó de la misma forma que había entrado.

La ruptura entre el presidente del Gobierno y el Jefe del Estado se había consumado tiempo antes, ahora las dos posturas son irreconciliables. El Rey Felipe VI es muy consciente del nuevo tiempo que se avecina, con una fractura social y rotos todos los equilibrios que hasta ahora se habían cimentado con la Constitución y la Transición.

UNA TRANSICIÓN Y DOS GOLPES DE ESTADO NO SUPERAN A LA AMNISTÍA

No son pocos los grandes obstáculos que ha superado la Democracia, con dos golpes de Estado, el 23-F y el 1-O, con declaración de independencia incluida. Los tiros de Tejero en el Congreso de los Diputados y un endeble respaldo fueron los únicos vestigios que se recuerdan de aquello. 36 años y medio después, los independentistas lo intentaron de una forma enérgica y con disturbios, con tres policías jubilados forzosamente por las graves heridas y lesiones producidas por los separatistas.

El Rey Felipe VI con un semblante serio ante Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
El Rey Felipe VI con un semblante serio ante Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

No obstante, en la Casa Real son muy conscientes de que el autogolpe de Pedro Sánchez es lo más que ha ocurrido en España desde el inicio de la Democracia. De hecho, no hubo movilizaciones tan masivas y tan intensas en Cataluña por parte de los constitucionalistas. Tan solo dos grandes movilizaciones separadas en tres semanas; en Madrid, en cambio, ya se han registrado tres grandes manifestaciones y 17 protestas continúas en las inmediaciones de Ferraz.

Ni el Rey Felipe VI ni ningún partido político, ni siquiera el Gobierno, tiene ahora un manual para gestionar la nueva situación en España. La movilización permanente y todas las vías judiciales e institucionales, incluyendo la Justicia Europea y el Parlamento Europeo, son las propuestas y esperanzas para frenar al PSOE y sus nuevos socios independentistas.

LA PROFUNDA PREOCUPACIÓN DEL REY FELIPE VI Y LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO

Fuentes cercanas a la Casa Real también destacan que existe una «profunda preocupación», con algunos contactos puntuales, pero coinciden en que no debe haber pronunciamiento público al considerarse una «intromisión» en el poder. Tampoco ayuda un manifiesto de militares retirados que piden un «golpe de Estado». Son medio centenar de firmantes, pero las declaraciones son muy gruesas que alientan una confrontación social. Y es que, los militares creen que no habrá reacción desde la izquierda.

El Rey Felipe VI se muestra ahora aislado y serio. Una difícil situación para quien no puede ni debe pronunciarse. Hay quien llega a apuntar que abdicaría en su hija antes de aceptar la humillación de firmar la ley de amnistía, aunque fuera una abdicación simbólica, similar a la de Leopoldo II de Bélgica con el aborto.

Pero también apuntan que el Rey Felipe VI guarda entereza y sobriedad para sobreponerse. De hecho, la Casa Real está inmersa ahora en una nueva estrategia para llevar la Corona a las regiones con menor fervor, una muestra de apoyar a los ciudadanos no independentistas, abandonados por el PSOE y atropellados día sí día también por el monstruo nacionalista. Estos ciudadanos ya no tienen derecho a nada, ni tampoco poder estudiar en su lengua materna a pesar de las sentencias judiciales.

LOS CONSTITUCIONALISTAS EN CATALUÑA, LOS GRANDES PERJUDICADOS

Estos mismos ciudadanos ven pisoteado e ignorado su trabajo si tienen la valentía de escribir o expresarse en su lengua materna, el español. TV3 no les concede ni un minuto, no se cubren actos contra el independentismo, como sí se ha hecho con las manifestaciones convocadas por la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, así como la masiva movilización convocada y a la que acudió el entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, contra la sentencia del TC del Estatuto de Autonomía, con el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero en el poder.

El Rey Felipe VI tiene grabado sus propias palabras cuando aseguró a los olvidados constitucionalistas «que no están solos, ni lo estarán» y «la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho». Hoy es este Estado de Derecho el que ha renunciado a defender los derechos por siete votos.

«Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía», recordó el Rey el 3 de octubre de 2017. «Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común», señaló. También insistió en «responsabilidad de los legítimos poderes del Estado» para «asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones». Una frase que bien podría dirigirse a Pedro Sánchez ahora.