Da igual que sea Mahou, Heineken o Cruzcampo: usos desconocidos de la cerveza

Unos la adoran y otros la detestan, aun así la cerveza es una de las bebidas más populares en el mundo, incluyendo nuestro país. En España, el consumo promedio es de 50 litros por persona al año, lo que revela que a los españoles nos gusta mucho esta bebida, aunque no lleguemos al nivel de República Checa o Alemania.

A pesar de ser una bebida alcohólica y desaconsejarse su consumo regular, algunos estudios sugieren que una ingesta responsable y moderada permite disfrutar de su sabor y aprovechar sus propiedades beneficiosas. Estas propiedades no solo son buenas para el organismo, sino que también tienen aplicaciones prácticas en la vida cotidiana. La cerveza, con sus ingredientes principales de agua, cebada y lúpulo, se convierte en un elixir dorado con sorprendentes usos en la cocina, limpieza, salud y tratamientos de belleza.

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BREVE HISTORIA DE LA CERVEZA

La cerveza tiene una historia milenaria que se remonta a la antigua Mesopotamia, donde se elaboraba hace más de 5,000 años. Civilizaciones como la sumeria y la babilónica ya disfrutaban de esta bebida fermentada. Con el tiempo, la receta se extendió por Egipto, Grecia y Roma, convirtiéndose en un elemento crucial de la dieta y la cultura.

Durante la Edad Media, monasterios europeos perfeccionaron las técnicas cerveceras, y en la época de la Revolución Industrial, la producción se industrializó. El siglo XX trajo la diversificación de estilos, con la explosión de cervecerías artesanales.

En la actualidad, la cerveza es un pilar en la cultura global. Desde las tradicionales cervecerías alemanas hasta la revolución cervecera estadounidense, el mundo ha experimentado una expansión en la apreciación de la cerveza artesanal y la exploración de nuevos sabores. La cerveza no solo es una bebida, sino un testamento a la creatividad humana a lo largo de los siglos.

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