El PNV excluye la ‘gran coalición’ vasca con EH Bildu y lo deja todo en manos del PSE

El golpe de timón propinado por Andoni Ortuzar y la ejecutiva de Euskadi Buru Batzar descabalga al lehendakari Iñigo Urkullu, que no optará a su cuarto triunfo, y entrega el poder al PNV, que fía su futuro a un perfil rejuvenecido del presidente vasco para mantenerse en la Lehendakaritza, Imanol Pradales.

Este domingo el PNV abusó de sonrisas y abrazos para escenificar una unidad que parece no comprometer Urkullu, falto del carisma y rencor que tenía Carlos Garaikoetxea cuando en 1986 fundó un partido (Eusko Alkartasuna) que provocó la única derrota en votos de la formación jeltzale, que hace 37 años mantuvo el poder en Euskadi pese a perder por la mínima contra el PSE.

LA IZQUIERDA ABERTZALE QUIERE ESTRENARSE EN EL GOBIERNO

En la izquierda abertzale creen que es una anomalía democrática que no hayan tocado poder autonómico en más de 40 años y ahora, subidos a lomos de las mejores previsiones demoscópicas de su historia, buscan rentabilizar su pragmatismo.

El principal objetivo de Euskal Herria Bildu es ganar para deslegitimar al PNV, que a la baja tendrá que apoyarse a un PSE al alza de la mano del liderazgo de Eneko Andueza, que aun así se sabe lejos de las dos formaciones nacionalistas.

Arnaldo Otegi, tal y como adelantó Moncloa.com hace tres semanas, se descarta como candidato con el fin de no polarizar y facilitar que, al menos, haya unas negociaciones postelectorales viables con PSE y el espacio que ocupan Elkarrekin Podemos y Sumar.

La elección de un perfil como Pradales busca captar un voto nacionalista joven que se está marchando a EH Bildu

La única opción factible para que EH Bildu toque poder sea la conformación de una gran coalición en Euskadi, pero fuentes del PNV descartan esta opción por la falta de sintonía actual entre ambas familias nacionalistas.

EL CALENDARIO ELECTORAL, CLAVE PARA EL FUTURO DE EUSKADI

La elección de un perfil como Pradales busca captar un voto nacionalista joven que se está marchando a EH Bildu y, de paso, la ideología liberal del candidato podría contribuir a que se marchen votos por el flanco derecho al PP, que está atacando al PNV por apoyarse a Pedro Sánchez y aprobar las políticas estatales del espacio que hoy ocupa Sumar.

Marzo podría ser el mes escogido por el PNV, que teme que acercar la cita a las elecciones europeas de junio contribuiría a que haya votantes que se marchen a los partidos estatales, PSOE y PP, que indudablemente protagonizarán esta campaña a nivel mediático.

CIERRE DE FILAS

Ortuzar intentó cerrar filas este domingo en la celebración del 120 aniversario de la muerte de Sabino Arana. El dirigente está dolido porque Urkullu se negase a visibilizar que era él el que renunciaba a ser candidato por cuarta vez, y porque El Correo rompió su agenda con el adelanto de la información.

E intentó mostrar su mejor cara con la ayuda del propio Urkullu, que quiere una salida digna del Gobierno Vasco. «Muchísimas gracias, lehendakari, por el trabajo realizado durante las tres últimas legislaturas. Agradecemos y ponemos en valor tu enorme trabajo. En nombre del Partido, nuestro más sincero agradecimiento por tu trayectoria al frente del Gobierno Vasco», aseguró el presidente del PNV.

«Debemos llamar a la reflexión a la ciudadanía vasca para que sepa separar el grano de la paja. Para que distinga lo que es ‘show’ político de la verdadera política, que es la que le garantiza todos los días que los servicios públicos funcionen, y que cuando haya problemas generen soluciones de manera rápida y eficaz.

Y eso no nos va a venir desde Madrid: eso tenemos que hacerlo y garantizarlo desde aquí, desde nuestras Instituciones. Porque lo verdaderamente importante es traer a Euskadi un bienestar y una calidad de vida que nos haga el mejor sitio para vivir, y es lo que llevamos haciendo en el Partido Nacionalista Vasco desde hace cuarenta años», añadió.

EL PNV AFILA SU PERFIL NACIONALISTA

Ortuzar afirmó que «los eslabones que hace doce años aseguramos bajo el mandato del lehendakari Urkullu, y que han aguantado con nota alta todos los embates de crisis económicas, pandemias, guerras y conflictos sociales, tienen que unirse ahora con nuevos eslabones, fuertes eslabones, que nos garanticen un futuro de prosperidad. Vienen meses en los que vamos a demostrar que es así, que tenemos ganas, ilusión e ideas para llevar a la sociedad vasca adelante, para que Euskadi sea el mejor sitio donde vivir».

Y marcó su perfil más identitario: «Nuestro gobierno es el Gobierno Vasco, no el Gobierno español; nuestro presidente es el Lehendakari, no quien esté en la Moncloa; nuestro Parlamento está en Gasteiz, no en la Carrera de San Jerónimo; y nuestras leyes son las que emanan del poder legislativo vasco o de las Juntas Generales. Y hacemos extensiva esta reflexión a todas las instituciones navarras».

El jefe del PNV también reivindica su pacto con Pedro Sánchez: «No nos distraemos con agendas paralelas. No hay ni una sola medida en las diez páginas que no traiga algo bueno para Euskadi: cumplimiento íntegro del Estatuto en dos años, con tres transferencias inminentes; bases para un nuevo autogobierno con reconocimiento nacional, bilateralidad y foralidad sobre la mesa; prelación de los convenios y acuerdos vascos frente a los estatales; mejoras en fiscalidad; mejoras en la gestión del funcionariado vasco; garantías para las prestaciones de jubilación de los y las cooperativistas y las mutuas; nuevas competencias para Navarra; y un buen puñado de dinero para introducir el euskera en el nuevo mundo de la digitalización».

El presidente del PNV, por último, quiso rebajar la ansiedad sobre la fecha convocatoria electoral asegurando que están centrados en gobernar: «Estamos trabajando. Las tres nuevas diputaciones ya han presentado sus ambiciosos planes de trabajo para la legislatura. En el Parlamento Vasco están en discusión ahora mismo, además de los Presupuestos, leyes importantísimas como la de Educación, Empleo o Transición Energética».