Sánchez asume todas las tesis independentistas de Puigdemont

Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, parece estar interiorizando todos los acuerdos firmados por Carles Puigdemont, defendiendo todos los aspectos más polémicos e intentando explicar la amnistía o cuestiones como el ‘lawfare’ o la necesidad de un mediador entre ambos para poder avanzar en el desarrollo de sus acuerdos. Sánchez comienza la nueva fase: convencer a los socialistas, al resto de partidos y a la ciudadanía por qué es necesaria la amnistía y todas las ‘rupturas’ constitucionales que implica. Y mientras, Puigdemont sigue con sus amenazas de apoyar una moción de censura con Feijóo si Sánchez no cumple sus compromisos.

Sánchez reconoce que no quería dar los pasos que ha tenido que dar. La amnistía es el paso principal. En una entrevista en RTVE reconoce que no entraba en sus planes para esta legislatura la amnistía, al menos inicialmente. De ahí que antes del 23J, en la misma semana previa a los comicios, negara hasta en cuatro ocasiones una posible ley de amnistía, como dijo entonces «por convicción personal y política» y lo que llama aún llama más la atención su explicación de «porque la Constitución no reconoce el derecho a la segregación». Estas palabras las pronunciaba tres días antes de que los españoles fueran a votar.

Pero una vez alcanzado el acuerdo con Puigdemont, y un día después de la apertura solemne de la XV Legislatura, Pedro Sánchez asume como suyas todas condiciones puestas por el líder independentista que reside en Waterloo. En tono resignado defiende que sus acuerdos con los separatistas son «la mejor solución frente a un gobierno de Feijóo y Abascal», lo que ha descrito como salvar «una bola de partido muy importante» al evitar el avance de la ultraderecha como está ocurriendo en Italia y Países Bajos.

SÁNCHEZ JUSTIFICA SU CAMBIO DE POSICIÓN SOBRE LA AMNISTÍA

La cuestión que más preocupa es la ley de amnistía, y Pedro Sánchez lo sabe. Tiene a toda la oposición y la judicatura en pie de guerra y una mayoría de ciudadanos tampoco la acepta, como incluso algunos miembros del PSOE. Asegura que la ley de amnistía que rechazaba antes del 23J era la propuesta de los independentistas porque era inconstitucional, pero «la proposición registrada ahora por el PSOE es constitucional».

En el cambio de 180 grados dado por Sánchez ahora suponen que los que se oponen «acabarán aceptándola» de la misma forma que ocurrió con la ley del divorcio o la ley del matrimonio homosexual. De esta forma, ahora, se declara «coherente y consecuente», no con lo que había dicho antes, sino con la «política de normalización y estabilización» en Cataluña, que lleva ya años aplicando en la comunidad.

Es en aras de esa normalización y estabilización por la que considera que los que ahora están manifestándose en las calles, como PP y Vox, «terminarán asumiéndola». Las razones que da es que «va a ser bueno para el país en términos de convivencia», además de que «reincorpora al sistema político partidos que desde 2017 estaban fuera, una explicación difícil de entender si se tiene en cuenta que tanto ERC como Junts siguen estando dentro del sistema y forman parte del arco parlamentario.

«En política, como en la vida, hay que optar entre las soluciones ideales o las soluciones posibles», sigue justificando su cambio de opinión, para explicar a continuación que solo si se tiene mayoría absoluta se puede aplicar el programa electoral al cien por ciento, pero si no se tiene hay que optar por «soluciones posibles si no tiene los apoyos suficientes».

Ante estas ‘soluciones posibles’, Sánchez intenta calmar a los muchos electores conservadores o incluso que no lo son y que tienen dudas, dándoles garantías de que va a ser una decisión «buena» para la convivencia y por tanto para España. Y lo que era evidente es que era necesario normalizar y estabilizar la situación política de Cataluña.

SÁNCHEZ PONE COMO EJEMPLO EL ‘CASO KITCHEN’ PARA EXPLICAR LA ‘LAWFARE’

Sin embargo, no parece que vaya a convencer a algunos ámbitos institucionales, con la Justicia a la cabeza. El ‘lawfare’ puso en armas a toda la judicatura y en esta nueva fase de Sánchez insiste en que en España sí ha existido. «En España se han dado casos de instrumentalización de la justicia (lawfare)», y no se ha quedado en el enunciado, al asegurar que el caso ‘Kitchen’ es un ejemplo del uso de la policía por parte del PP.

«Definitivamente se han instrumentalizado instituciones públicas para perseguir a adversarios políticos y ocultar pruebas en causas judiciales que afectaban al Partido Popular: Eso es la Operación Kitchen», ha explicado Sánchez sin ningún titubeo. Esta sería la explicación para aceptar el término ‘lawfare’ en el texto del acuerdo con Puigdemont, ya que el prófugo catalán había pedido expresamente que si incluyera la guerra judicial contra adversarios políticos en el texto si quería sus 7 votos para la investidura.

También en referencia al ámbito judicial considera que las comisiones de investigación que se deben abrir en el Congreso de los Diputados, incluidas en el mismo acuerdo de investidura, alejó cualquier sospecha porque dichas comisiones «no vinculan sentencias judiciales», pero al mismo tiempo recuperó las sospechas cuando reconoció que sí pueden ser objeto de «informe a la Fiscalía para que las tenga en consideración». Y volvió a poner un ejemplo de alguna de las comisiones de investigación que se han realizado en el Congreso como la del ‘caso lino’ que partió de una comisión parlamentaria y las conclusiones fueron solicitadas por la Fiscalía Anticorrupción para investigar posibles delitos.

SÁNCHEZ EXPLICA QUE EL RECONOCIMIENTO DE PALESTINA POR EUROPA DEBE SER INTERÉS GEOPOLÍTICO

Sánchez defiende el Estado Palestino, como le pedían Sumar y Podemos
Sánchez defiende el Estado Palestino, como le pedían Sumar y Podemos

Otra de las cuestiones que abordó en su primera entrevista concedida tras ser presidente del Gobierno es el reconocimiento de Palestina. Para Sánchez, los países europeos necesitan dar un paso por convicción moral ante la situación que se vive en Gaza, pero también por interés geopolítico al tener un segundo frente abierto con la guerra en Ucrania. Y ha recordado que Israel ya cuenta con un reconocimiento general de la comunidad internacional.

Sánchez ha dado números para fortalecer su planteamiento: en la actualidad unos 140 países de todo el mundo reconocen a Palestina mientras que quienes no lo hacen son esencialmente países occidentales. Dentro de la UE, solo nueve de los 27 estados miembro lo han hecho, en la mayoría de los casos antes de entrar en el bloque, con la salvedad de Suecia, que dio el paso de forma unilateral en 2014.

Frente a quienes sostienen que el Gobierno de coalición es el más pro-palestino de toda la UE, Sanchez considera que es un «análisis incorrecto» porque lo que es este Gobierno, fundamentalmente, es un «Gobierno pro-europeo». El interés geopolítico de Europa no es otro que «estabilizar una región» que, en caso de prolongarse la guerra, podría extender el conflicto a otros países como Líbano, Egipto o Jordania y, con ello, desestabilizando el Mediterráneo.

Sánchez también ha explicado el choque diplomático con Israel no ha afectado a las relaciones con España: «Los países amigos también tenemos que decirnos las cosas». Igual que cuenta con «nuestra condena y repulsa» el ataque de Hamás del 7 de octubre, que calificó de «deleznable y execrable» (Netanyahu le enseñó un video de 20 minutos sobre ese ataque), también «con la misma convicción» le dice a Israel que su respuesta debe sustentarse en el Derecho Internacional Humanitario.

puigdemont (Álvaro)padrino

Pedro Sánchez considera que la situación en la política española es tan “excepcional”, con el PSOE y Junts condenados a entenderse para que avance la legislatura tras más de un lustro dándose la espalda y abonando la desconfianza, que la figura de un verificador internacional que medie en las relaciones entre ambos partidos resulta necesaria. En su primera entrevista tras lograr la investidura hace un par de semanas, el presidente del Gobierno ha mantenido la opacidad sobre la inminente cita con los posconvergentes, que en principio tendrá lugar este sábado en Ginebra, ha justificado con argumentos utilitarios su cambio radical sobre la amnistía y ha argumentado que en España ha habido casos de ‘lawfare’, como asegura Carles PuigdemontO al menos, casos de “instrumentalización de las instituciones públicas de nuestro país”, como la ‘Operación Kitchen’ por parte del PP, en el que se utilizó a la Policía para “perseguir adversarios políticos y ocultar pruebas”.

A NUEVA LEGISLATURA

El PSOE y Junts se reúnen este sábado en Ginebra con un verificador

“Es bueno que si dos no se entienden, haya un tercero que verifique y acompañe”, ha señalado el líder socialista en RTVE. “Se conocerá la persona que nos va a acompañar en ese proceso de diálogo, tanto con ERC como con Junts”, ha continuado Sánchez, que defiende la inclusión del mediador pero al mismo tiempo reconoce que se trata de una figura extraña a la política española. “Es un mecanismo excepcional. Ojalá en un futuro no necesitemos un mecanismo de verificación, porque eso significará que hemos creado una confianza”, ha dicho. 

A partir de aquí, la relación con Junts se sigue moviendo en el casi total oscurantismo. Sánchez ni siquiera ha confirmado que la primera cita entre socialistas y posconvergentes tras la formación de Gobierno vaya a tener lugar este sábado en la capital suiza. “No estamos en condiciones todavía de decir dónde va a ser”, ha llegado a decir Sánchez, que ha pactado con Junts reuniones mensuales de este tipo durante todo su mandato. Si no hay avances, advirtió Puigdemont el pasado martes, los cinco diputados posconvergentes podrían cambiar de bando y aliarse con el PP frente a la coalición del PSOE y Sumar. 

La amnistía

Sánchez se ha extendido mucho más sobre la amnistía. Como en otras ocasiones desde que hace poco más de un mes defendió por vez primera la medida de gracia, el jefe del Ejecutivo ha reconocido su cambio sobre esta iniciativa (que rechazaba sin medias tintas antes de las elecciones del 23 de julio) y se ha mostrado comprensivo con los electores que siguen sin compartirla, pero ha dejado claro que, en su opinión, el carpetazo judicial al ‘procés’, que permitirá la vuelta de Puigdemont sin ser juzgado, será “bueno” para España.  

“Probablemente este [la amnistía] no era el paso siguiente que quería dar, pero es coherente con la política de diálogo en Catalunya”, ha señalado el secretario general del PSOE. La medida de gracia, ha continuado, incluso puede tener efectos positivos para los intereses del PP, que durante las últimas semanas se ha volcado en convocar manifestaciones en contra, porque implica la “recuperación” de Junts para la “gobernabilidad”. Es decir, los conservadores, que ahora mismo solo se entienden con la ultraderecha de Vox, tendrán otro aliado potencial. 

“En política, como en la vida, hay que optar entre las soluciones ideales y las posibles -ha concluido Sánchez-. La sociedad española se enfrentaba a dos disyuntivas tras el 23J. O contábamos con un Gobierno progresista para consolidar los avances o un Gobierno del PP con Vox. Y la segunda es si queríamos seguir en la senda de convivencia que ha sido validada por los propios ciudadanos en Catalunya. En política hay que decidir. Entiendo que haya electores que tengan dudas sobre esta decisión, pero les puedo garantizar que va a ser buena para la convivencia. Todo lo que hagamos estará dentro de la Constitución”.