El Milagro de Empel: una epopeya histórica que resonó en España

En el vasto tapiz de la historia, hay ocasiones en las que la fortuna sonríe de manera inesperada a aquellos que enfrentan circunstancias aparentemente insuperables. Uno de esos episodios notables se desarrolló en la pequeña isla de Empel, en el río Mosa, durante la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648). Este evento, conocido como el Milagro de Empel, se ha convertido en un símbolo de la resistencia y la victoria, especialmente para España. Hoy, 8 de diciembre, se cumple el aniversario de los detalles de este milagroso episodio histórico, así como las razones por las cuales España celebra este acontecimiento como un día festivo.

El contexto histórico

Antes de sumergirnos en la milagrosa victoria de Empel, es crucial entender el contexto en el que se desarrolló. La Guerra de los Ochenta Años, también conocida como la Guerra de Flandes, fue un conflicto que enfrentó a España contra las Provincias Unidas de los Países Bajos, que buscaban independizarse del dominio español. El conflicto, que duró desde 1568 hasta 1648, fue una lucha feroz y prolongada por la autonomía y la libertad religiosa que enfrento al Imperio Español contra las Provincias Unidas de los Países Bajos y sus aliados.

Desesperación Española

Según las crónicas, el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, compuesto por unos cinco mil hombres, combatía en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueada por completo por la escuadra del almirante Filips van Hohenlohe-Neuenstein. La situación era desesperada para los Tercios españoles, pues, además del estrechamiento del cerco, había que sumarle la escasez de víveres y ropas secas. A pesar de la tenacidad de los soldados españoles, el frío extremo y las difíciles condiciones climáticas comenzaron a hacer estragos en sus filas. Las provisiones escaseaban, y la moral de las tropas iba en picada.

El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante tal respuesta, Hohenlohe-Neuenstein recurrió a un método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio.

La situación alcanzó su punto más crítico cuando las aguas del río Mosa se desbordaron, inundando los campos alrededor de Empel y dejando a los soldados españoles acorralados en una isla precaria. Con el agua helada hasta las rodillas y la escasez de alimentos, las perspectivas de los soldados españoles parecían sombrías. Atrapados en una tierra inhóspita y bajo el constante asedio del enemigo, la desesperación se apoderó de las filas españolas.

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Momento del hallazgo de la tabla con a esfinge de la Virgen María

La noche del milagro

Fue en este momento desesperado cuando la historia tomó un giro extraordinario. La leyenda cuenta que durante la noche del 7 al 8 de diciembre de 1585, en vísperas de la festividad de la Inmaculada Concepción, la Virgen María se apareció a los soldados españoles en la isla de Empel. Según la tradición, la Virgen les indicó cavar en la tierra inundada, prometiendo que encontrarán un regalo divino que cambiaría el rumbo de la guerra.

Siguiendo las instrucciones celestiales, los soldados comenzaron a cavar en la tierra empapada. Para su asombro, encontraron una imagen de la Virgen María, aparentemente perdida o abandonada durante las inundaciones. Este hallazgo fortuito fue interpretado como un signo divino, un milagro que renovó la esperanza de los soldados y les dio una razón para creer en la victoria.

El giro de los acontecimientos y la victoria española

Inspirados por este acontecimiento milagroso, los soldados españoles renovaron su vigor y determinación. Convencidos de que la Virgen estaba de su lado, enfrentaron con valentía las adversidades y resistieron el asedio enemigo. El Milagro de Empel no solo elevó la moral de las tropas, sino que también sembró la duda entre las filas rebeldes, creando una oportunidad estratégica para los españoles.

Esa misma noche se desató un viento completamente inusual e intensamente frío que heló las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Hohenlohe-Neuenstein llegó a decir: «Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro».

La celebración de la Inmaculada Concepción en España

El 8 de diciembre, el día después del Milagro de Empel, coincide con la festividad católica de la Inmaculada Concepción. Esta celebración, que conmemora la creencia de que la Virgen María fue concebida sin pecado original, adquirió un significado adicional en España debido al milagro ocurrido en Empel.

En España, el 8 de diciembre se celebra con eventos religiosos, procesiones y ceremonias especiales en honor a la Inmaculada Concepción. La fecha también se considera un día de fiesta nacional, marcando la victoria milagrosa y la intervención divina que, según la tradición, cambió el curso de la Guerra de los Ochenta Años. También la Inmaculada Concepción es considerada la patrona de la Infantería española

El Milagro de Empel no solo dejó una marca indeleble en la historia militar, sino que también se convirtió en un símbolo de esperanza y fe en momentos difíciles. La historia ha perdurado a lo largo de los siglos, recordándonos que incluso en las circunstancias más sombrías, la fortuna puede sonreír de maneras inesperadas.

Empel, una isla que fue testigo de desesperación y milagro, sigue siendo un lugar de peregrinación para aquellos que buscan conectar con la historia y la espiritualidad. La celebración anual de la Inmaculada Concepción en España sirve como recordatorio de la importancia de la fe y la perseverancia, así como de la creencia en los milagros que pueden cambiar el curso de la historia.

En última instancia, el Milagro de Empel es más que una victoria militar; es un relato que trasciende el tiempo, recordándonos la capacidad de la esperanza y la fe para superar incluso las adversidades más desafiantes. Este capítulo de la historia española sigue iluminando el camino hacia la victoria, recordándonos que, a veces, la ayuda divina puede manifestarse en las formas más inesperadas.