Las personas que tienen patrones de sueño muy irregulares pueden tener un mayor riesgo de demencia que aquellas con patrones más regulares, según un nuevo estudio publicado en el número online de ‘Neurology’, la revista médica de la Academia Americana de Neurología. Los investigadores precisan que estos resultados no prueban que la irregularidad del sueño cause demencia, sino que sólo muestra una asociación.
«Las recomendaciones sobre la salud del sueño suelen centrarse en dormir la cantidad recomendada, de siete a nueve horas por noche, pero se hace menos hincapié en mantener horarios regulares de sueño –afirma el autor del estudio, el doctor Matthew Paul Pase, de la Universidad Monash de Melbourne (Australia)–. Nuestros hallazgos sugieren que la regularidad del sueño de una persona es un factor importante a la hora de considerar el riesgo de demencia de una persona».
La regularidad del sueño se refiere a la constancia con la que uno se acuesta y se despierta a la misma hora cada día. En el estudio participaron 88.094 personas con una edad media de 62 años en el Reino Unido, a quienes se les hizo un seguimiento durante una media de siete años.
Los participantes llevaron durante siete días un dispositivo en la muñeca que medía su ciclo de sueño. A continuación, los investigadores calcularon la regularidad del sueño de los participantes. Determinaron la probabilidad de estar en el mismo estado de sueño, dormido o despierto, en dos momentos cualesquiera con 24 horas de diferencia, promediados a lo largo de siete días. Una persona que duerme y se despierta exactamente a la misma hora cada día tendría un índice de regularidad del sueño de 100, mientras que una persona que duerme y se despierta a horas diferentes cada día tendría una puntuación de cero.
A continuación, los investigadores examinaron los datos médicos para determinar qué participantes desarrollaron demencia y descubrieron que 480 personas desarrollaron la enfermedad.
Los investigadores hallaron vínculos entre las puntuaciones de regularidad del sueño y el riesgo de demencia. En comparación con los que tenían un índice de regularidad del sueño medio, el riesgo de demencia era mayor para las personas que tenían el sueño más irregular.
Las personas situadas en el percentil 5 más bajo tenían el sueño más irregular, con una puntuación media de 41. Los que se encontraban en el percentil 95 más alto tenían el sueño más regular, con una puntuación media de 71. Las personas entre estos dos grupos tenían una puntuación media de regularidad del sueño de 60.
Tras ajustar por edad, sexo y riesgo genético de padecer Alzheimer, los investigadores descubrieron que las personas con el sueño más irregular tenían un 53% más de probabilidades de desarrollar demencia que las del grupo intermedio. En cuanto a las personas con un sueño más regular, los investigadores descubrieron que no tenían un riesgo menor de desarrollar demencia que las personas del grupo intermedio.
«Una educación sanitaria eficaz sobre el sueño combinada con terapias conductuales puede mejorar los patrones irregulares de sueño –explica Pase–. Según nuestros hallazgos, las personas con sueño irregular quizá sólo necesiten mejorar su regularidad del sueño hasta niveles medios, en comparación con niveles muy altos, para prevenir la demencia. Se necesitan investigaciones futuras para confirmar nuestros hallazgos».
Pase puntualiza que, aunque ajustaron varios factores que pueden afectar al riesgo de demencia, no pueden descartar que otro factor desconocido desempeñe un papel en la asociación entre la regularidad del sueño y la demencia.