Cada día interactuamos con una serie de personas habituales que ejercen una influencia directa en nuestra vida, ya sea en el ámbito laboral, familiar o en nuestro entorno social. Estas personas tienen la capacidad de generarnos emociones positivas o afectar nuestra energía, especialmente cuando se trata de individuos con actitudes negativas. La propagación de esta negatividad puede repercutir en nuestra autoestima y estado de ánimo, influyendo en el curso de nuestro día.
Adquirir habilidades para manejar individuos negativos en nuestra rutina diaria, tanto en entornos externos como en el hogar, nos permitirá preservar nuestra energía a un nivel óptimo sin ser influenciados por sus emociones, asegurando así que no condicionen el desarrollo de nuestra jornada.
9EMPATÍA, LA JUSTA

Es esencial dejar de ser tan compasivo. Aunque es valioso ofrecer apoyo emocional, no tienes la obligación de convertirte en el receptor constante de las quejas y lamentos de los demás. Al enfrentarte diariamente a la negatividad de la misma persona, corres el riesgo de absorberla y adoptar patrones similares. Es crucial establecer límites para preservar tu propia salud emocional y buscar soluciones para contrarrestar esa constante avalancha de negatividad. No te sientas culpable por poner fin a este ciclo, ya que permitir que la pena de otros te afecte podría llevarte a transmitirla a otras personas.