Pedro Sánchez premia a Montero, castiga a Díaz, pero «Puigdemont tiene la última palabra»

Pedro Sánchez ha iniciado la remodelación de su Gobierno tras la salida de Nadia Calviño para dirigir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). El presidente del Ejecutivo no solo ha sustituido a la ministra de Economía por Carlos Cuerpo, sino que ha suprimido la vicepresidencia cuarta, en manos de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y troceado las competencias de ésta para levantar un muro de contención contra las arremetidas de Yolanda Díaz.

De esta forma, Montero pasa a ocupar la vicepresidencia primera, en manos hasta ahora de Calviño, mientras que relega indirectamente a Yolanda Díaz al último escalafón en la cúpula del Gobierno. La jugada, además, se ha culminado entregando el área de la función pública al ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá.

Con este movimiento, Pedro Sánchez ata aún más en corto a Díaz tras su fracaso para atenazar a Podemos en el Congreso de los Diputados y soliviantando a los sindicatos al traspasar la línea roja con la negociación salarial, cuya revalorización será inferior a la pactada con la patronal.

YOLANDA DÍAZ, RELEGADA POR PEDRO SÁNCHEZ

Con la excusa del recambio de Calviño, Yolanda Díaz pierde peso en el Gobierno, más cuando Montero será quien tome las riendas con una menor carga de trabajo, especialmente con la de los funcionarios, poniendo todo el foco en los impuestos y en el relato para forjar una mayor cohesión con el PSOE. Díaz, por su parte, queda ahora más aislada y tendrá que negociar cada una de las medidas con un muro de contención, como se vio en las negociaciones con Junts.

Y es que, la ministra de Hacienda es una durísima adversaria a la hora de poder obtener réditos políticos. ERC y Junts aún no han concretado ninguna de las medidas económicas, como la condonación de deuda o un nuevo sistema de financiación, a pesar de estar firmado desde hace más de dos meses.

Es «inflexible», apuntaron fuentes de Junts cuando la ministra de Hacienda dirigía las conversaciones con Puigdemont para implementar y desplegar los favores económicos. La pretensión de los separatistas de Carles Puigdemont y Pere Aragonès (ERC) no pasa únicamente por una mesa bilateral con el Ejecutivo, sino también el ansiado concierto económico catalán, similar al estipulado al País Vasco.

MONTERO MANTENDRÁ SU INFLEXIBILIDAD ANTE ERC Y JUNTS

Además, Montero también negoció la aprobación de la amnistía «en plazo», es decir, antes de las elecciones europeas del próximo mes de junio. No obstante, recientemente el Gobierno de Pedro Sánchez ha modificado la ley de Enjuiciamiento Civil y otorga a los tribunales la posibilidad de paralizar todo el proceso en caso de elevar una cuestión a instancias europeas. De esta forma, si el Tribunal Supremo o cualquier otro preguntara sobre la amnistía al TJUE la medida quedaría suspendida hasta que se resolvieran las dudas, un tiempo que Puigdemont no tiene si busca finalmente ser candidato a las próximas elecciones europeas.

Por este motivo, Montero tendrá que presionar o tratar de convencer ahora a Junts para convalidar el decreto que reforma la parte administrativa de la justicia, con medidas que afectan directamente a los funcionarios del Ministerio de Félix Bolaños, mientras los independentistas se niegan a dar luz verde y han asegurado que mostrarán su rechazo.

Calviño y Díaz han pactado la reforma del subsidio para poder cobrar los 10.000 millones de Bruselas
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Estos cambios, además, supone el apuntalamiento del muro de la confrontación del Gobierno, que insiste así en poner al PP en el foco y como principal culpable de todos los males que sufre España.

PEDRO SÁNCHEZ MAQUILLA LA TRAICIÓN DE PAMPLONA

Los ‘populares‘, por su parte, no muestran ningún tipo de sorpresa ante este movimiento de Pedro Sánchez en su Gobierno. Este ascenso de Montero no deja de ser simbólico, más cuando se necesita a Puigdemont para sacar adelante la convalidación de los decretos, una fórmula que está utilizando Pedro Sánchez con demasiada frecuencia con el fin de evitar el control del Senado, donde el PP de Alberto Núñez Feijóo tiene una mayoría absoluta inapelable.

De esta forma, los ‘populares’ esperan un mayor «choque» con el Ejecutivo, aunque constantan que es Puigdemont quien ejerce realmente como vicepresidente primero. Con esta maniobra, Sánchez, además, eleva el poder del PSOE dentro del Gobierno, ya que la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, es también la portavoz nacional del PSOE.

Lejos de poner a técnicos o tecnócratas, Pedro Sánchez muestra así un «Gobierno de trinchera, con el foco puesto en la política y el objetivo en el PP», afirman fuentes ‘populares’ preguntadas por este medio. Todo este cambio no es más que un nuevo intento de tapar la «traición» y el «pacto encapuchado» con Bildu, como se escenificó este jueves en Navarra, mientras la economía española hace aguas por el abultado déficit fiscal y la montaña de deuda que asola las arcas públicas..

Asimismo, Pedro Sánchez ha elevado impuestos y entregará los favores correspondientes a los independentistas, mientras mantiene una estructura mastodóntica en el Gobierno, con un récord de asesores y un enorme séquito de seguridad en cada desplazamiento. Todo ello a costa del bolsillo del contribuyente.

Feijóo explica que difícilmente llegará a acuerdos con Sánchez porque no rectificará la ley de amnistía
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Y es que, Feijóo ha mostrado su preocupación por las dificultades económicas y sociales que pasan millones de ciudadanos en España sin que el Gobierno adopte medidas de choque para paliar esta situación, mientras se suben los impuestos, se duplica el IVA de la luz y se triplica el del gas, mientras se mantiene en el nivel máximo para la carne, el pescado y las conservas. Todo ello, mientras las arcas públicas continúan beneficiándose de la no deflactación del IRPF a las rentas bajas y medias.

Lejos de poner el foco en los verdaderos problemas de la sociedad, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se empeña en la guerra frontal y en el levantamiento del muro contra la derecha, mientras la bola de la deuda amenaza seriamente a España. De hecho, asciende a 200 millones de euros al día, un montante inasumible cuando el déficit fiscal está completamente descontrolado. Así, Sánchez deja el año con un 25% de la población en riesgo de pobreza, cerca del 10% en situación de pobreza energética y con España como campeona del desempleo en la UE, tanto en la tasa general, juvenil y como femenina. Eso sí, no se le caen los anillos a la hora de abordar negociaciones imposibles con los independentistas y los herederos de ETA.