Ortega Smith pone frente al espejo a Almeida, Maroto y Maestre

Javier Ortega Smith se encaró contra un concejal de Más Madrid, de forma airada, pero en ningún caso podría definirse como una agresión. La izquierda aireó en primer lugar una supuesta agresión al asegurar que el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid había lanzado una lata de refresco a un concejal. Aún no había circulado el vídeo, ni tampoco daba tiempo a corroborar los hechos cuando aparecieron los primeros titulares a la última hora del último pleno del año en el Palacio de Cibeles.

La mentira se propagó entonces como la pólvora. «Ha lanzado una lata de Coca-Cola a Eduardo Rubiño», acusó falsamente Rita Maestre, portavoz de Más Madrid. Las imágenes llegaron poco después y desmontaban el nuevo circo mediático azuzado por la izquierda. Ortega Smith ni había cogido objeto alguno ni tampoco lo había lanzado como se dijo.

EL FLACO FAVOR DE MARTÍNEZ-ALMEIDA AL PSOE

Ortega Smith sí se encaró de forma desafiante ante Rubiño, agitando la carpeta que sostenía los papeles de su intervención. En uno de los movimientos bruscos, la carpeta golpeó una botella de agua vacía que impactó en el rostro del portavoz adjunto de Más Madrid. Ni brecha, ni rotura de tabique ni tampoco agresión. El resto del relato continuó con una absurda reprobación por un incidente que no tendría mayores en caso de que la botella no hubiera dado a concejal alguno.

Javier Ortega Smith, líder de Vox en Madrid, agrede a un concejal de Más Madrid
Javier Ortega Smith, líder de Vox en Madrid, agrede a un concejal de Más Madrid

El PP de José Luis Martínez-Almeida se sumó a esta cacería de brujas, apoyando la propuesta presentada por PSOE y Más Madrid. De nuevo, un flaco favor de los ‘populares’ madrileños al bloque «zurdo», avivando una campaña contra Vox, que sí dio su apoyo en la pasada legislatura para mantener la estabilidad de la mayoría simple del PP madrileño.

El relato y el ataque contra Ortega Smith ya estaba montado de antemano. «No es una anomalía, es el método de Vox», afirmó Rita Maestre, que olvida su propio pasado como asaltar una capilla con el pecho al descubierto o cuando su propio partido, Podemos, rodeó el Congreso de los Diputados. Aún así, no sólo mantuvo el acta, sino que justificaba este ataque a las instituciones.

LA DOBLE MORAL DE RITA MAESTRE

«No representa una rareza dentro de su partido o que haya tenido un mal día. No creemos que sea la fruta más podrida de un árbol podrido llamado Vox porque si fuera así, Ortega Smith no sería hoy concejal ni diputado», prosiguió.

No es una anomalía, es el método de Vox

Y es que, si algo hace muy bien la izquierda es repartir carnets entre buenos y malos españoles. Para ellos no hubo reproches ni reprobaciones, tampoco cuando el PP de Martínez-Almeida volvió a conquistar el Ayuntamiento de la mano de Vox, para entonces había diferencias, pero salvables ya que el adversario era el PSOE. El interés común por encima de los intereses partidistas e ideológicos.

Reyes Maroto, más cómoda con Bildu, los herederos de ETA, que con la casa del constitucionalismo, el Partido Popular, también se sumó al ataque. La líder del PSOE de Madrid preguntó a Martínez-Almeida sobre las medidas para evitar un «riesgo físico» ante la presencia de Ortega Smith en el hemiciclo. Quizá la exministra de Industria, que bajo su gestión se perdieron miles de millones de euros en los PERTE, haya olvidado la agresión de Daniel Viondi al abofetear en tres ocasiones al alcalde de Madrid. El PP no reprobó entonces esta actitud y aceptó la dimisión y entrega del acta como prenda.

REYES MAROTO, DE FRACASAR EN INDUSTRIA A TRAER LA VIOLENCIA AL AYUNTAMIENTO DE MADRID

Reyes Maroto tampoco advirtió de la violencia en su grupo ni de los posibles riesgos de contagio a otros concejales del partido. Para entonces, no había riesgo físico para los concejales. Eso sí, encararse con un tono desafiante sí merece el mayor de los castigos, a pesar de los insultos a las víctimas del terrorismo pronunciados por el propio Rubiño.

El IBI de Almeida ahorra a los madrileños 30,5 millones | Foto: Europa Press
Martínez-Almeida

Esos insultos han pasado desapercibidos para los concejales ‘populares‘. Nadie ha recalado en ello. ¿Qué dijo Rubiño para que Ortega Smith fuera hasta su asiento y le increpara? El portavoz adjunto de Más Madrid justificó el pacto entre PSOE y Bildu para entregar la Alcaldía de Pamplona a los herederos de ETA, un pacto que obliga a las propias víctimas del terrorismo a limpiar las fachadas de sus casas, pintadas que recuerdan aún los peores tiempos y la persecución de quienes no comulgaban con los terroristas. Asimismo, el enaltecimiento del terrorismo de ETA sigue más vivo que nunca, con más de 344 actos a quienes tienen las manos manchadas de sangre.

Martínez-Almeida no ha reprobado a Rubiño por su intervención, ni un pero, no merece reprobación, a pesar de que sus mayores, como el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo tilde ese infame acuerdo como el «pacto encapuchado». Para el alcalde, la reacción de Ortega Smith en defensa de las víctimas del terrorismo sí merece reproche. «Hay algunos que no podemos aceptar que se rían de la memoria de las víctimas de terrorismo y les desprecien en una institución pública», asegura el portavoz de Vox.

EL DESPRECIO DE RUBIÑO A LAS VÍCTIMAS DE ETA, SIN REPROBACIÓN EN MADRID

Para Martínez-Almeida, la reprobación de Ortega Smith fue «en un día muy triste». El PP de Madrid debe calibrar muy bien las situaciones y más aún montar un relato sólido antes de continuar con el lamento lacrimógeno por empujar una botella de agua con una carpeta. Y es que, habría que conocer cómo pasó entonces el alcalde el día cuando le dieron en la cara hasta en tres ocasiones. Podría tildarse más que de día muy triste, quizá de violencia extrema.

Y es que, el PP se contagia del doble rasero de la izquierda si con ello se beneficia al partido, una mirada muy corta de miras para quien debe levantar un muro de contención a toda la política del PSOE y sus socios. Eliminando a Vox de forma artificial o con relatos tan básicos no sólo muestra el nivel de la enfangada política española, sino que podría tener el efecto contrario.

Para Martínez-Almeida, Ortega Smith debía renunciar «necesariamente» al acta de concejal al no estar capacitado para representar al común de los madrileños» y su comportamiento al ausentarse del Pleno ha sido «muy cobarde». «No cabe equiparar a quien agredió con quien fue agredido, pero sí que todos tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos, tenemos que hacer un esfuerzo por dar un plus de ejemplaridad frente a todos los madrileños», ha asegurado.

Martínez-Almeida se la coge con papel de fumar con este consejo. Y es que, siguiendo sus propias y edificantes palabras, debería ser el primero en dimitir. Se presentó a la Alcaldía asegurando que eliminaría Madrid Central, el esperpento de la movilidad urbana que ha ahogado a la ciudad de Madrid en un caos circulatorio constante. Lejos de ello, el alcalde de Madrid lo ha implementado y suprime la libertad de movimiento para otros 140.000 vehículos residentes en la capital. Mentir no está bien ni tampoco es un ejemplo de nada en política. Quizá debería aplicarse sus propios consejos en vez de cambiar su programa electoral una vez obtenida la mayoría absoluta.