Santiago Abascal quiere cerrar la crisis interna de Vox cuanto antes, aunque asegura que en Vox no hay ninguna crisis. Ha adelantado la Asamblea General del partido al 27 de enero, presenta candidatura única y ha vuelto a dejar claro a la militancia quién manda en la formación. De momento, nadie ha presentado una candidatura alternativa, aunque los plazos están abiertos hasta el próximo 20 de enero.
Para evitar suspicacias ante un posible rival, como parecía erigirse Javier Ortega Smith, le ha dejado en su candidatura como vocal, lo mismo que a Buxadé -el ala más extrema del partido-, el hasta ahora número dos del partido, a quien ha preferido ‘sacrificar’ y dejarle en la sombra para que lidere la ofensiva de cara a las elecciones europeas. En este juego de cambios, Ignacio Garriga, mano derecha de Buxadé, ha salido fortalecido y será el único vicepresidente, según la candidatura que encabeza el propio Abascal.
Abascal niega la mayor cada vez que se le pregunta. En Vox no hay crisis interna: «Si hay crisis interna, si hay mucho descontento, si hay corrientes ideológicas como los medios han estado diciendo durante tanto tiempo, eso afloraría en la convocatoria de una Asamblea. A día de hoy yo no tengo noticias de que eso vaya a ocurrir», ha llegado a asegurar esta misma semana.
El adelanto de la Asamblea General por parte de Abascal al 27 de enero, y no en marzo, como estaba previsto, se interpreta como un intento del líder de Vox de evitar si había algún miembro que estaba pensando en presentar lista alternativa a que no le diera tiempo para presentar los avales que se necesitan (el 10% de la militancia). Con este movimiento, además, Abascal pretende frenar las críticas internas sobre la pérdida de peso del partido tanto en la intención de voto como en la calle.
Pero esta ‘interpretación’ de algunos miembros de Vox no es la versión oficial del partido. El adelanto a renovar la dirección de Vox se explica por la necesidad de estar organizados para el año electoral que se avecina y que no les pille este cambio a mitad de unos comicios con otros, ya que tras las gallegas del 18 de febrero, están previstas -aunque sin fecha- las vascas y las europeas (9 de junio).
SANTIAGO ABASCAL QUEDARÁ BLINDADO COMO PRESIDENTE PARA LOS PRÓXIMOS CUATRO AÑOS
Con la renovación de la cúpula de dirección también quedará despejado quién encabezará las listas electorales. Santiago Abascal quedará blindado el 27 de enero para dirigir el partido los próximos cuatro años. Esta vez será una asamblea abierta y participativa, no como la que tuvo lugar en 2020, en plena pandemia del Covid-19, a la que solo pudieron asistir los cargos del partido y representantes públicos. A la militancia le fue imposible entrar por las restricciones de la pandemia. En aquella asamblea, recuerda la hemeroteca, no hubo nada más que una lista (la de Santiago Abascal) y no fue necesario ni votar. Abascal también aprovechó el cónclave para cambiar los estatutos de Vox que, sobre todo, incluía dar más poder a la dirección del partido.
Entonces ya había voces críticas a la dirección, pero salió fortalecido Jorge Buxadé, que se convirtió en el número dos del partido y en la cabeza visible de Vox en las instituciones europeas. Tras la nueva Asamblea General, Buxadé ejercerá su poder en la sombra y se fortalecerá para repetir como eurodiputado. Javier Ortega Smith, entonces secretario general, comenzó su declive, se le arrinconó en Madrid y se abrió el camino a Ignacio Garriga, apoyado por el propio Buxadé. Desde 2022 las relaciones entre Abascal y Ortega Smith han empeorado.
En aquella asamblea, la única lista que se presentó estaba liderada por el propio Abascal, con Jorge Buxadé, Javier Ortega Smith y Reyes Romero como vicepresidentes; Ignacio Garriga como secretario general; Pablo Sáez como tesorero y Rocío de Meer, Víctor González, Enrique Cabanas, María Ruiz y Pedro Fernández como vocales.
Para 2024, ya se sabe que Abascal se postula como presidente, Ignacio Garriga será el único vicepresidente y Jorge Buxadé y Javier Ortega Smith pasarán a ser vocales.
LAS ENCUESTAS BAJAN LAS EXPECTATIVAS DE VOTO DE VOX DESDE EL 23J
En algunos medios de comunicación comenzaron a publicarse informaciones a finales de diciembre de 2023 de las nuevas aspiraciones de Ortega Smith que le había ganado la partida a Abascal en las manifestaciones de la calle Ferraz, y a que una parte de la militancia le animaba a mover ficha para obtener los avales necesarios a fin de convertirse en alternativa de Santiago Abascal. Esas informaciones son las que han podido influir sobre el actual líder de Vox para adelantar la Asamblea y que no hubiera tiempo de presentar listas alternativas. No obstante, cada vez que se pregunta públicamente a Ortega Smith sobre esta posibilidad, la rechaza con rotundidad porque en su fuero interno sabe que no tiene ninguna posibilidad contra el aparato del partido en el que se ha blindado Abascal.
Una vez celebrada la asamblea, Abascal deberá sortear las encuestas que no hacen más que bajar a Vox en expectativas de votos. Para Galicia no prevén que Vox saque ni un solo diputado autonómico, y para las del País Vasco hasta está en duda que revalide el único que logró en 2020. Las maniobras del PP para ocupar la calle en la que Vox reinaba hasta la anterior legislatura también le están pasando factura en los barómetros del CIS y resto de encuestas encargadas por los medios de comunicación. Vox va perdiendo fuelle y sus 33 diputados actuales pasarían a unos 25 de haber elecciones generales en estos momentos.
Durante los cuatro años desde la anterior asamblea general de Vox también se ha producido un cambio constante de representantes de Vox conocidos por la opinión pública. Todos los que intentaron dejar su impronta al margen de Abascal han ido desapareciendo.
LOS MIEMBROS DE VOX MÁS CONOCIDOS HAN IDO DESAPARECIENDO: OLONA, ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Maracena Olona, a quien se mandó con manu militari a encabezar la lista de Vox por Andalucía ya no está en Vox y se ha convertido en una de las más críticas al quehacer de Abascal. Iván Espinosa de los Monteros, en otros tiempos mano derecha de Abascal, fue desapareciendo por el ascenso de Buxadé y, finalmente, ha dejado su escaño en el Congreso para irse a trabajar al sector privado, o Rocío Monasterio, a quien se ha colocado en la Comunidad de Madrid como si estuviera desterrada, al igual que Ortega Smith en el Ayuntamiento de la capital. La última en irse fue ha sido Carla Toscano… La conclusión de muchos es que Abascal no quiere ningún miembro en la dirección que le haga sombra.
Y frente a los que se van, las nuevas incorporaciones. El movimiento en Vox de dirigentes es constante. Ahora en el Congreso están subiendo como la espuma la portavoz, Pepa Millán, y el joven diputado José María Figaredo, el que le habla a Pedro Sánchez de que los cuervos de los que se ha rodeado le van a sacar los ojos.
Pepa Millán refuerza la idea de Abascal de que en Vox no hay crisis, y acusaba a los que aseguran que la hay que están «buscando tres pies al gato» cuando lo que está haciendo Vox es «la vida normal del resto de partidos», y como el líder de la formación, el adelanto de la Asamblea General se debe a la «logística» para no están en «trámites internos» habiendo tres citas electorales en los próximos meses.
