La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra del Ministerio para Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), Teresa Ribera, ha firmado junto a sus homólogos de otros diez países más de la Unión Europea una carta conjunta en la que demandan a la Comisión Europea un objetivo climático ambicioso para 2040.
Además de Ribera, suscriben la misiva sus homólogos de Alemania, Francia, Portugal, Dinamarca, Austria, Países Bajos, Finlandia, Luxemburgo, Irlanda y Bulgaria.
En ella, la vicepresidenta y el resto de firmantes han subrayado que «la necesidad de una acción climática global ambiciosa nunca ha sido más evidente» que ahora.
En un comunicado, el Ministerio ha recordado que 2023 resultó ser «el año más cálido registrado» y el calentamiento global «intensificará una serie de efectos adversos que pondrán en riesgo el bienestar y la seguridad del mundo».
Así, ha apuntado que el Consejo Europeo acogió «con satisfacción» en su reunión de diciembre las conclusiones del primer Balance Mundial celebrado esa misma semana en la COP28 de Dubái. En particular, el acuerdo para acelerar la reducción de emisiones contaminantes hacia cero emisiones netas para 2050, de acuerdo con la mejor ciencia disponible, para mantener al alcance el objetivo de 1,5 °C.
«Es crucial que la UE traduzca esto en acciones concretas y ambiciosas para enviar una fuerte señal política que afirme que la UE dará el ejemplo para convencer a otros grandes emisores de que sigan la misma senda y garanticen las contribuciones necesarias para mantener vivo el 1,5 °C de manera oportuna antes de la COP30», ha destacado la carta.
Sin embargo, tanto Ribera como el resto de sus socios firmantes consideran que, «sólo podremos persuadir a otros a dar un paso al frente si hacemos el trabajo en casa». Por lo tanto, animamos encarecidamente a la Comisión Europea a que en su próxima comunicación recomiende un objetivo climático ambicioso para la UE para 2040″, ha subrayado la firma.
Al mismo tiempo, han reclamado que se debe garantizar una implementación adecuada del paquete legislativo ‘Fit for 55’, «que refuerce la credibilidad de la UE en el escenario internacional a la hora de demandar a otros actores la misma ambición climática».
Del mismo modo, han pedido garantizar las contribuciones necesarias que mantengan vivo el objetivo de 1,5ºC antes de la COP30 -a celebrar el próximo año en Brasil-; tener en cuenta los principios de la Ley Europea del Clima aplicados según la mejor ciencia disponible, la rentabilidad, una transición justa y equitativa y los costes de la inacción; así como el asesoramiento del Consejo Asesor Científico Europeo sobre Cambio Climático.
Igualmente, han insistido en asegurar que la UE «esté plenamente encaminada hacia la neutralidad climática a más tardar en 2050, con el objetivo de lograr emisiones negativas a partir de entonces».
TRANSICIÓN CON JUSTICIA SOCIAL
La vicepresidenta Ribera y el resto de sus socios también han subrayado que, «para liderar el camino debemos garantizar que la acción climática sea una oportunidad para todos. Por tanto, la transición verde debería seguir siendo económicamente viable, tener costes manejables y no dejar a nadie atrás, especialmente a los ciudadanos más vulnerables».
«Una acción climática ambiciosa permitirá beneficiarse de las sinergias entre estas políticas y otras prioridades ambientales, así como reducir los impactos climáticos futuros, particularmente en los más vulnerables. Por lo tanto, apoyar la transición verde y abordar los efectos distributivos debe ser una prioridad», han destacado.
Además, han explicado que cumplir los objetivos climáticos de manera rentable es esencial para el crecimiento económico, la seguridad energética y el aumento de la competitividad industrial de la UE. «Será clave salvaguardar la resiliencia de la UE, aprovechar plenamente los beneficios de la transición verde a través del comercio basado en reglas y fortalecer la autonomía estratégica abierta europea, además de brindar una ventaja competitiva a escala global», ha añadido.
«Enviará una fuerte señal al mercado para aumentar el desarrollo interno y la fabricación de tecnologías netas cero en la UE, allanando el camino para aumentar la competitividad y haciendo de la UE el centro más atractivo para el desarrollo y la producción de tecnologías en emisiones netas cero. Además, traerá múltiples beneficios a los ciudadanos, incluido un medio ambiente más saludable y oportunidades de empleo preparadas para el futuro en sectores e industrias ecológicos», ha concluido la carta.