Expertos advierten de «numerosos» proyectos de salud mental en centros educativos que carecen de respaldo científico

Expertos participantes en un estudio sobre salud mental y entornos educativos han advrtido de la existencia de «numerosos proyectos de promoción del bienestar emocional y prevención de la salud mental que no cuentan con ningún respaldo científico». Ésta es una las conclusiones del estudio ‘Revisión y valoración de políticas de prevención e intervención en salud mental infanto-juvenil en centros educativos’, realizado por el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR-ITEI).

El proyecto ha sido liderado por Martiño Rodríguez (ICS, Universidad de Navarra) y en él han trabajado María de los Ángeles Cueli Naranjo (ICS, Universidad de Navarra), Victoria Nieuwenhuys Ruiz (ICS, Universidad de Navarra) y Giulia Testa (UNIR-ITEI). Los expertos han consultado más de 500 referencias bibliográficas, han realizado 18 entrevistas a profesionales de la educación e España y Reino Unido, además de 43 entrevistas a expertos tanto del ámbito educativo como del clínico, de España, Reino Unido y Estados Unidos.

Los autores del informe han constado una alta prevalencia de los problemas de salud mental en la infancia y la adolescencia y han destacado los datos de Unicef según los cuales España ocupa el primer lugar a nivel europeo. Consideran que la implementación de programas de educación emocional en la infancia contribuye al desarrollo de factores protectores de salud mental y estos programas «potencian el rendimiento académico y mejoran las competencias socio-emocionales en otros contextos, más allá del escolar».

Sin embargo, reconocen que «en España existen numerosos proyectos de promoción del bienestar emocional y prevención de salud mental que no cuentan con ningún respaldo científico». Asimismo, consideran que existe una escasez de estrategias de alfabetización en salud mental y progrmas preventivos para la ansiedad, la depresión, el suicidio, las autolesiones y el desarrollo de la sexualidad.

Apuestan, asimismo, por «sistematizar las iniciativas dispersas existentes, ya que muchas comparten el mismo marco teórico y metodológico». Apuntan, además, la necesidad de «avanzar en programas más universales y estandarizados sobre los cuales se investigue su efectividad a largo plazo y sus efectos diferenciales».

Frente al caso español, los autores del estudio hacen alusión a la situación en Reino Unido y Estados Unidos, países en los que existen «numerosos programas consolidados» tanto en educación socioemocional como en prevención de salud mental y «la mayoría de ellos cuentan con estudios científicos que los respaldan».

Asimismo, han puesto en valor que en ambos países se estén fomentando iniciativas destinadas a la capacitación del profesorado y de los estudiantes en áreas específicas y se apuesta por la inclusión en las escuelas de profesionales especializados en el bienestar y salud mental como enfermeras, psicólogos educativos o trabajadores sociales.

Igualmente, han apuntado la mayor colaboración y el trabajo en equipo entre los centros educativos y los servicios de salud mental.

RECOMENDACIONES

En cuanto a las recomendaciones, el grupo de expertos aconseja invertir en la formación de todo el colectivo docente y personal laboral del centro; facilitar el aprendizaje socioemocional en las tutorías y en la enseñanza diaria, adaptar al centro un programa basado en la evidencia que diseñar una nueva propuesta e implicar a toda la comunidad educativa. Asimismo, se recomienda iniciar la educación emocional desde edades tempranas y planificiar su implementación a largo plazo incluyendo su evaluación.