El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunció el pasado lunes una iniciativa ambiciosa que marcará un cambio significativo en la visión y presentación del patrimonio cultural de España. Urtasun emitió una orden a los 17 museos nacionales que dependen del Gobierno español para que revisen exhaustivamente cada una de sus colecciones y adapten sus programaciones temporales de tal forma que permita «superar un marco colonial o anclado en las inercias de género o etnocéntricas que han lastrado la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico».
Aunque Urtasun había insinuado previamente la posibilidad de una revisión en esta dirección, su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados marcó la oficialización de la orden ministerial, elevándola a una política de Estado. Durante su intervención, el ministro destacó la importancia de establecer «espacios de diálogo e intercambio que nos permitan superar este marco colonial».
Asimismo, recordó que la revisión del patrimonio cultural se basa en compromisos firmados por el Gobierno de España en diversos acuerdos internacionales. La iniciativa del Ministerio de Cultura busca abordar y superar las perspectivas coloniales y de género que han influido en la interpretación histórica y artística del patrimonio nacional.
La revisión propuesta no solo busca corregir distorsiones en la narrativa histórica, sino también fomentar un diálogo inclusivo que refleje la diversidad y evolución de la sociedad española. Esta iniciativa marca un paso significativo hacia adelante en el compromiso del Ministerio de Cultura con la promoción de una comprensión más equitativa y completa de la riqueza cultural de España.
LA PROPUESTA DE URTASUN: ¿EN RIESGO EL MUESO DEL PRADO?
La propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de revisar y descolonizar las colecciones de los museos nacionales ha suscitado interrogantes sobre el futuro del Museo del Prado, uno de los tesoros culturales más emblemáticos de España. Aunque Urtasun no especificó si el Prado estará sujeto a criterios específicos, su discurso en el Congreso y su elogio constante a la dirección del Prado han dejado dudas sobre cómo afectará esta iniciativa al renombrado museo.
Mientras tanto, el Museo Reina Sofía ha incorporado activamente el discurso de la descolonización en su programación y narrativa desde los últimos años de la dirección de Manuel Borja-Villel. Este enfoque se ha adoptado no como una revisión del legado, sino como un hilo narrativo integral. Manuel Segade, el actual directo del museo, ha respaldado y continuado esta perspectiva.
Según adelantó el diario EL MUNDO, un directivo de un museo nacional les comentó que, hasta el momento, no se han recibido instrucciones descolonizadoras del Gobierno en su institución. Y añadió que, en su opinión, las palabras de Urtasun se centraron principalmente en el caso del Museo de América de Madrid y el tesoro de los Quimbayas, una colección de piezas precolombinas. Este directivo sugirió que la propuesta de descolonización podría dirigirse inicialmente a casos específicos, como el del Museo de América, más que a los museos nacionales en general. Es decir, aquellos museos que sean de carácter estatal.
Urtasun emitió una orden a los 17 museos nacionales que dependen del Gobierno español para que revisen exhaustivamente cada una de sus colecciones y adapten sus programaciones
La cuestión del tesoro de los Quimbayas, regalado por Colombia a la regente María Cristina, ha generado tensiones, según explican desde el citado medio, ya que Colombia ha solicitado su devolución. Sin embargo, algunos críticos cuestionan el uso de términos como «expolio colonial» en este contexto y señalan que España nunca tuvo colonias, sino virreinatos.
La incertidumbre persiste sobre cómo se desarrollará la iniciativa de descolonización en el ámbito de los museos nacionales, y será esencial una mayor claridad para comprender su alcance y posibles implicaciones para instituciones como el Museo del Prado.
URTASUN ANUNCIA UNA DIRECCIÓN GENERAL DE DERECHOS CULTURALES
En otro orden de prioridades, Urtasun ha dado un paso significativo hacia la defensa de los derechos culturales al anunciar la creación de la Dirección General de Derechos Culturales. La iniciativa busca desarrollar un plan que garantice la aplicación efectiva de políticas culturales basadas en principios fundamentales. Urtasun compartió los ejes relevantes de este programa, citando la lucha contra cualquier forma de censura, la promoción de la igualdad y el acceso equitativo a la cultura, la interconexión de las políticas educativas y la vertebración territorial con un enfoque redistributivo, la aplicación de la Agenda 2030 y la evaluación del cumplimiento de sus criterios.
«Se trata de desarrollar acciones concretas y medidas específicas que generen las mejores condiciones posibles para que los proyectos culturales puedan desarrollarse y para que la ciudadanía pueda disfrutar de una vida cultural plena, cuyo ejercicio no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa», explicó Urtasun, subrayando la importancia de proteger la creación y producción cultural en un momento histórico donde la censura y la injerencia política amenazan la gestión cultural pública.
El ministro enfatizó que la Dirección General de Derechos Culturales acompañará a cualquier creador, autor o colectivo cuya actividad haya sido borrada o censurada del espacio público. La mención de esta función fiscalizadora sugiere un enfoque más ideológico que ejecutivo, según interpretaron algunos diputados de la oposición.
En la réplica a Urtasun, Sol Cruz Guzmán, del PP, le pidió al ministro que «dejara a un lado la ideología». El representante de VOX, Joaquín Robles, calificó a Urtasun como «ministro de agitación y propaganda», según informó el citado medio. La nueva dirección de Ernest Urtasun en el Ministerio de Cultura parece generar debates y controversias en torno a su papel y enfoque ideológico, lo que podría marcar el camino hacia una gestión cultural más diversa y abierta en el país.
