La dirigente de Podemos y exministra de Igualdad, Irene Montero, considera que la sentencia condenatoria al futbolista Dani Alves «supone un paso de gigante» al reconocer el juez la existencia de agresión sexual por la ausencia de consentimiento y cree que «no hacen falta condenas altas para obtener justicia y reparación».
«Mucha gente quiere que la pena sea más alta, yo también comparto que será razonable que la defensa o la fiscalía o las dos pidan penas más altas, pero que la víctima diga que lo fundamental para ella es que ha sido creída y que la ausencia de consentimiento implique que ha sido agredida sexualmente, es un avance incalculable», ha argumentado Montero en una entrevista en RAC 1 en relación con la condena de cuatro años y medio de prisión impuesta a Alves por la Audiencia de Barcelona.
Montero ha recordado, asimismo, que «hasta hace nada, la gente con poder, o con el respeto social y el prestigio de Dani Alves, salían impunes, no solo con una pena menos alta, sino impunes».
Ha explicado, no obstante, que el juez del caso «no estaba obligado a poner la pena mínima» al futbolista y ha reconocido que en el caso de las violencia sexuales «sigue habiendo muchos problemas», entre los que mencionó el del mecanismo de la pena mínima.
IRENE MONTERO ORGULLOSA DE LA LEY ‘SOLO SI ES SÍ’
»La condena que se impone finalmente dentro del rango de penas es una decisión del juez en cada caso y para eso es necesario valorar las circunstancias agravantes, las atenuantes, etcétera», y ha insistido en que «no es la ley la que ha llevado a poner la pena mínima posible, sino la decisión del juez», ha argumentado Montero con relación a las críticas a la Ley del sólo sí es sí.
Y en este sentido, ha puesto como ejemplo el hecho de que «la defensa de la víctima pidiese 12 años de cárcel para el acusado y la fiscalía nueve«. «Fíjense si era posible poner penas más altas», ha añadido.
Ha valorado, en cualquier caso, la existencia de penas accesorias contempladas en la resolución judicial, además de la condena a cárcel, como «el hecho de que le impidan al agresor estar con menores, entrenar o hacer actividades deportivas con ellos, pensando que en este caso es un futbolista».
Montero también ha respondido a los detractores «del consentimiento» que decían que «que se había invertido la carga de la prueba y que se estaba acabando con la presunción de inocencia». Según la exministra, se ha demostrado que «el procedimiento judicial sigue respetando todas las normas fundamentales para todos los acusados».
