En la gastronomía, hay platos que resumen tradición y sabor de una región, siendo un deleite para los paladares y un tributo a la cultura local. Los mejillones a la marinera representan uno de estos ejemplos, con su origen en las costas europeas y su popularidad en la mesa española.
Su preparación, pese a estar llena de sabor, es más sencilla de lo que muchos podrían imaginar, y se presta a ser el protagonista de reuniones tanto informales como ocasiones especiales. A continuación, detallamos cómo abordar esta receta irresistible, garantizando el éxito entre nuestros comensales.
1UN TESORO DEL MAR AL ALCANCE DE TODOS
Moluscos económicos y versátiles, los mejillones son un recurso abundante en las costas españolas. Su precio asequible los hace accesibles para cualquier bolsillo, convirtiéndolos en una opción ideal para cocinar un plato rico y nutritivo sin un gran desembolso. Además, cuentan con una destacada aportación nutricional: son ricos en proteínas, vitaminas del grupo B, y tienen un bajo contenido graso, lo que les concede un lugar privilegiado dentro de una dieta equilibrada y saludable.
La experiencia de compra es parte del encanto, y es que encontrar mejillones frescos en las pescaderías es prácticamente un juego de niños. Es importante asegurarse de su frescura para disfrutar al máximo de su sabor: deben tener un aspecto brillante y sus conchas bien cerradas; si al tocarlas no se cierran, probablemente no estén en las mejores condiciones para su consumo.
Prepararlos es una tarea más sencilla de lo que parece. Antes de cocinarlos, es esencial limpiarlos adecuadamente, retirando las barbas y raspando las conchas si fuera necesario. Un buen remojo en agua fría con sal puede facilitar esta tarea, ayudando a que los mejillones suelten cualquier residuo o arena que pudieran contener.
