En el corazón de la verde Galicia, un escenario de cuento aguarda a los apasionados del misterio y la magia. La iglesia de Vera Cruz en Carballino, Orense, despierta la imaginación y transporta a propios y extraños a un mundo paralelo. Con semejanzas a la arquitectura del legendario Hogwarts, este templo se erige como un destino imprescindible para los amantes de la fantasía.
Hoy, os guiaré a través de sus salas y pasillos, revelando por qué este enclave podría ser la versión española de la famosa escuela de magia y hechicería. Un viaje único que podemos disfrutar sin necesidad de atravesar el Canal de la Mancha, una experiencia que hechiza tanto a muggles como a magos en formación.
1UN CASTILLO QUE EMBRUJA LOS SENTIDOS
Al cruzar el umbral de la iglesia de Vera Cruz, uno no puede evitar sentir la presencia de una magia ancestral. Las vidrieras resplandecen con la luz del día, proyectando un juego de colores que parece encerrar hechizos. Los arcos de piedra y las altas columnas hablan de una arquitectura con influencias góticas, semejante a la que inspiró los decorados de Hogwarts. Los detalles y ornamentaciones remiten a los simbolismos místicos y esotéricos, mientras que el aire que se respira es puro y está cargado de historias sin contar.
Adentrarse por sus pasillos es como pasear por los corredores de un lugar suspendido en el tiempo. El sonido de los pasos resuena entre las paredes, acompañado del susurro de los árboles que rodean el recinto. Se dice que en los días más tranquilos, se puede escuchar el eco de antiguos cánticos que aún perduran en el ambiente. Y aunque es más pequeño en tamaño que el gran castillo de la saga de J.K. Rowling, el sentimiento de asombro y maravilla es enorme.
Dentro de su espaciosa nave principal, las bóvedas se elevan majestuosas hacia el cielo. La altura y la acústica peculiar de este espacio recrean la atmósfera de un salón encantado. No hay Gran Comedor con velas flotantes, ni una tenebrosa sala prohibida, pero cada rincón parece estar impregnado de una magia que sólo espera ser despertada por la curiosidad de los visitantes.
El exterior no se queda atrás, con sus torres que se clavan en el cielo y las criaturas esculpidas en su fachada que parecen guardianes de un reino olvidado. La fisonomía del edificio, en conjunto con su entorno natural, crea una postal viva que rememora las descriptiones de los libros y películas de Harry Potter. Un cuadro que cambia con las estaciones, pero que siempre mantiene su encanto encantado.
