La Catedral de la Almudena, uno de los iconos más emblemáticos de la capital española, susurra historias entre los pliegues de su impresionante arquitectura. Refugio de leyendas y custodio de arte, este majestuoso templo católico se alza con una dignidad que rinde homenaje al eclecticismo y a la fe.
En ella, cada piedra parece contar un trozo de la historia madrileña, desde los albores del siglo XX hasta la actualidad. Sin embargo, existen rincones y curiosidades que, aunque menos transitados y conocidos, guardan relatos fascinantes que hemos decidido explorar para nuestros lectores.
1LA ESENCIA DE UNA EPOPEYA ARQUITECTÓNICA
La Almudena no es solo un lugar de culto, sino un documento vivo de la historia madrileña. Su nombre, que evoca reminiscencias árabes, es en sí una declaración de la rica mezcla cultural que la ciudad ha vivido a lo largo de los siglos. La primera piedra de este santuario fue colocada en 1883, aunque su construcción no finalizó hasta 1993. Este extenso período de edificación de más de un siglo implicó una variedad de estilos arquitectónicos, desde el neoclásico hasta el neogótico y el neorrománico. Justo bajo sus cúpulas y bóvedas, aún resuenan los ecos del pasado, y no solo de manera metafórica.
Resulta fascinante descubrir que dentro de sus muros se encuentran criptas casi secretas que albergan no solo reliquias sagradas, sino también los restos de algunos miembros de la Iglesia y la aristocracia española. La Cripta de la Almudena, una obra de arte en sí misma con más de 400 columnas de granito, ofrece un contraste sorprendente con la parte superior de la catedral, revelando una estampa mucho más clásica y sobria que el resto del edificio.
Entre los elementos menos conocidos, cabe destacar la imagen de la Virgen de la Flor de Lis, una talla poco habitual que representa a la patrona de la ciudad, y que se dice, guarda una conexión especial con los orígenes de Madrid. Además, el Museo de la Catedral alberga piezas de gran valor artístico, algunas de las cuales pertenecen a colecciones privadas que han sido cedidas temporalmente para el disfrute público.