Whole 30: la dieta de moda que rechaza las legumbres y no convence a los expertos

En el mundo de las tendencias alimentarias, una nueva corriente ha surgido con fuerza: Whole 30. Se promociona como un programa de alimentación que busca resetear el organismo en tan solo un mes, eliminando ciertos grupos de alimentos considerados potencialmente problemáticos. Sin embargo, detrás de su aparente simplicidad y promesas de bienestar, esta dieta ha suscitado controversia entre expertos en nutrición. Analicemos a continuación en qué consiste esta tendencia, sus potenciales beneficios y las críticas que ha generado.

El Whole 30 se define por su carácter restrictivo y radical. Durante 30 días, los participantes deben abstenerse de consumir alimentos considerados inflamatorios, como granos, lácteos, azúcares añadidos, alcohol y legumbres. La premisa fundamental radica en la eliminación de cualquier alimento que pueda causar inflamación o desencadenar problemas digestivos, alergias o malestar general. Sin embargo, es precisamente esta exclusión de grupos alimentarios ampliamente reconocidos por su valor nutricional lo que ha generado dudas entre los expertos en salud y nutrición.

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CRÍTICAS DE LOS EXPERTOS EN NUTRICIÓN

A pesar de las afirmaciones entusiastas de algunos seguidores de Whole 30, muchos nutricionistas y profesionales de la salud no respaldan esta dieta extrema. Una de las principales críticas radica en la exclusión de las legumbres, una fuente importante de proteínas, fibra y otros nutrientes esenciales.

Además, al eliminar grupos enteros de alimentos, existe el riesgo de deficiencias nutricionales si no se planifica adecuadamente la dieta. Los expertos también señalan que las restricciones drásticas pueden fomentar una mentalidad de todo o nada en torno a la alimentación, lo que podría desencadenar trastornos alimentarios o relaciones poco saludables con la comida.

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