Pere Aragonès ha convocado elecciones en Cataluña en un momento de alta tensión por la amnistía. No obstante, antes de poner fecha a los comicios, que serán el próximo 12 de mayo, la Generalitat ha tratado de atraer inversores para el proyecto Hard Rock ubicado en los terrenos entre Vilaseca y Salou, según señalan diversas fuentes a MONCLOA.
El proyecto, tal y como ha publicado este medio, era una exigencia del PSC junto con la ampliación del aeropuerto de El Prat para sacar adelante las cuentas catalanas. Finalmente, ERC y PSC no han logrado la abstención de los Comuns de Jessica Albiach y Ada Colau, mientras la líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha preferido ponerse de nuevo de perfil ante la ofensiva del PSOE para fagocitar a la coalición tras el declive de Podemos, reducido a tan solo cuatro diputados y prácticamente fuera de todos los gobiernos municipales y parlamentos autonómicos.
El Govern de Pere Aragonès ha tratado de contactar con inversores nacionales e internacionales para poner en valor la inversión en el Hard Rock, ubicado en unos terrenos que pertenecen a La Caixa y que después serían comprados por la Generalitat a través del Instituto Catalán del Suelo (ICS) para revenderlos a los inversores. Éstos se encargarían de la explotación edificando junto al proyecto Hard Rock, con cafeterías, bares, restaurantes y una oferta de ocio importante que revalorizaría la inversión en poco tiempo.
ATUREM HARD ROCK, UNA PIEDRA PARA EL PROYECTO
La operación del Hard Rock se ejecutaría sin mayor problema si no fuera por el rechazo de los ecologistas y una plataforma muy combativa: Aturem Hard Rock, que ha logrado la victoria en los tribunales por las irregularidades del Plan Director Urbanístico (PDU) realizado por los municipios limítrofes. Y es que, faltan informes medioambientales y algunos cambios más al margen de los ya acometidos para poder albergar dicho proyecto junto a Port Aventura.
El proyecto del Hard Rock, además, peligra en función de los resultados que se den el próximo 12 de mayo. El caso extremo es retirar un proyecto de 700 millones de euros directos y otros 1.300 millones de forma indirecta para la zona, un auténtico mazazo para una zona turística en el sur de Tarragona. La situación actual es calcada a la del pasado 2023. En caso de que los Comuns tengan la llave de Gobierno en la Generalitat, la situación sería insostenible. «Los inversores han colmado todo límite de la paciencia», destacan las fuentes consultadas. De hecho, hace justo un año se dio un ultimátum.
la Generalitat ha contactado con diferentes inversores y llegó a ponerles una especie de alfombra roja encima de la mesa
Para tratar de acometer esta inversión, la Generalitat ha contactado con diferentes inversores y llegó a ponerles una especie de alfombra roja encima de la mesa y sobre el papel, que todo lo aguanta. Pero la realidad era muy distinta. Todo iba a construirse de forma faraónica, atrayendo a miles de familias y turistas al calor de las ruletas, casinos y máquinas tragaperras, todo un negocio en medio de la nada, alejado de los núcleos urbanos y con el único atractivo de construir el mayor casino de Europa nada más y nada menos.
No obstante, los inversores no se mueven por las grandes cifras, ni por las extensiones del terreno. El dinero inteligente se mide en el retorno de la inversión y el plazo para conseguir la rentabilidad. Los inversores consultados por MONCLOA muestran que el negocio del Hard Rock es prácticamente nulo en el sector del juego en España, y más aún en Cataluña. El problema real son los elevados impuestos que se pagan por los premios y con la presión actual no atrae jugadores que busquen su fortuna o ‘hacer saltar a la banca.
LA INVERSIÓN EN CASINOS EN ESPAÑA CAE POR LA PRESIÓN FISCAL
Y es que, tan solo están exentos los primeros 1.600 euros en España. A partir de ahí, los tramos por el pago de tributos ascienden al 19%, 21% y hasta el 45%. Es decir, en una mesa de un gran torneo de póker, el ganador sería el fisco a buen seguro y sin haber echado ni una sola vez las cartas sobre la mesa. La perversa ley establecida en España, además, no tiene en cuenta las pérdidas realizas por los apostantes jugadores.
En EE UU, concretamente en la meca del juego como es Nevada, se mide la cantidad apostada y la obtenida como premio para abonar entre un 6% y un 8% con decimales en función de la cantidad realmente premiada; aunque puede llegar hasta el 40%, según al asesor que se pregunte. Eso sí, todos recomiendan unirse al selecto club del propio casino, más cuando se apuestan cantidades que pueden suponer ganancias de 300.000 dólares.
Todos los casinos del otro lado del Atlántico tienen un programa exclusivo para toda la cadena, es decir, el control absoluto de cuánto apuesta el jugador y cuánto gana. Por ello, conviene utilizar siempre la misma tarjeta para conocer los saldos. Eso sí, aunque parezca una intromisión a la privacidad, el fisco americano se muestra más implacable y si no se logran justificar suficientemente las ganancias y los gastos, el susto al contribuyente puede convertirse en una auténtica pesadilla. Y es que, no hay nada más efectivo e intimidatorio que la maquinaria de todo un país a nivel tributario.
LAS VEGAS, EL VERGEL DE HARD ROCK EN EE UU
«Con la información de la tarjeta es fácil realizar después la declaración fiscal con el asesor», destacan fuentes del sector. El fisco buscará en el registro de todos los casinos la información para contrastarla con la del contribuyente y mucho cuidado con tratar de ocultarlo.
De hecho, las cantidades de los grandes premios asociadas a una cuenta del casino tienen ya el rejón del fisco, al menos el aproximado. Y sí, es mejor que se retenga ‘in situ’ la cantidad adecuada, como si de la nómina se tratara, antes que quedarse sin nada porque la factura fiscal sería mayor después. Por este motivo y para esos ganadores, lo ideal es retener al menos un 30%.
En España no hay opción a escapar de Hacienda en este sentido. Y es que, la inmensa mayoría de casas de apuestas y casinos que trabajan online tienen numerosas trabas para trabajar en el país debido precisamente a la gran cantidad de información que deben facilitar a la Agencia Tributaria. Por este motivo, muchas de las casas de apuestas y casinos online se han trasladado al Peñón de Gibraltar, con una fiscalidad del 0,15% y sin IVA.