El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) han instado a las comunidades autónomas y al Gobierno a que actúen con responsabilidad y busquen el mayor consenso posible en la aprobación del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT).
Así lo han reclamado todas las organizaciones alineadas para la prevención y el control del tabaquismo en España y englobadas en el CNPT y la AECC, ante la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que se celebra este viernes.
Para las organizaciones, este plan incluye «medidas clave», como la regulación de los nuevos productos de tabaco, espacios libres de humo y una mayor fiscalidad y control publicitario, y es «esencial» para avanzar en la protección de la salud pública, especialmente, de los jóvenes.
«Por ello, apelamos a una acción decidida que impulse la reforma legislativa y dotación presupuestaria necesarias, asegurándose así que se convierta en una realidad efectiva en la lucha contra el tabaquismo», apuntan.
A su juicio, «no podemos pasar por alto que el tabaco es la principal causa prevenible de mala salud y el mayor perjuicio para la Salud Pública. Es el principal factor de muertes evitables y está directamente vinculado con más de 15 tipos de cáncer. La Asociación Española Contra el Cáncer estima que la eliminación del consumo de tabaco podría reducir hasta en un 30 por ciento los casos diagnosticados de cáncer en España».
Así, aseguran que todas las organizaciones del CNPT están comprometidas a colaborar estrechamente con todas las instituciones para asegurar la necesaria aprobación del Plan Integral de Tabaquismo como un primer paso para avanzar hacia el objetivo de «una sociedad libre de tabaco». «Queremos contribuir a este esfuerzo colectivo y brindar nuestro apoyo experto para cualquier debate técnico y campaña educativa necesaria», añaden.
Además, consideran que es «imprescindible» incluir en la agenda la problemática del los cigarrillos electrónicos (‘vaping’). Para las organizaciones, esta práctica emergente, «no solo es una amenaza debido a su creciente popularidad entre los adolescentes, y punto de entrada a otras formas de liberación de nicotina, sino también por su potencial de daño a corto y largo plazo».
Asimismo, afirman que los datos preliminares sugieren que, incluso los cigarrillos electrónicos, que a menudo se comercializan como alternativas más seguras, «pueden inducir alteraciones perjudiciales en el ADN de maneras que se asemejan a los efectos del tabaquismo tradicional».
Por todo ello, resaltan que «las decisiones que tomemos hoy definirán el bienestar y la salud de las próximas generaciones» y añaden que es su responsabilidad colectiva «asegurar que las futuras generaciones hereden un mundo más saludable y más consciente de los peligros del tabaquismo. Con la colaboración, el diálogo y el consenso, podemos lograr un impacto duradero en la prevención del cáncer y otras enfermedades relacionadas con el tabaco».
«Nos encontramos, por lo tanto, en una coyuntura decisiva para influir en un cambio significativo. Esta alianza conjunta de todas las administraciones es vital para asegurar que se alcance el ‘tobacco endgame’, la primera generación europea libre de tabaco en 2030, concluyen.