El jarabe de cebolla es uno de los mejores remedios caseros para aliviar la tos en pocos minutos, esto se debe a que posee propiedades expectorantes que te ayudarán a descongestionar las vías nasales, disminuirá el picor en la garganta y eliminará las flemas. Este almíbar contiene quercetina, que ayuda a combatir el resfriado, la amigdalitis, la gripe, las alergias, el asma y la tos de forma natural. Si se consume en combinación con la miel, se producirá un efecto antiséptico, antioxidante y expectorante que refuerza el sistema inmune y lo ayuda a combatir bacterias y virus.
La preparación de jarabe de cebolla puede realizarse desde casa y si lo bebes de forma preventiva te protegerá del resfriado común y la influenza, tanto a niños como a adultos, sin embargo, los especialistas recomendaron no suministrarlo a bebés menores de 1 año de edad, debido a las contraindicaciones que tiene la miel para los recién nacidos, por el riesgo de botulismo.
Así es como debes beber el jarabe de cebolla
La dosis recomendable para los niños es de dos cucharadas al día, mientras que para los adultos se sugiere beber cuatro cucharadas. Para aprovechar al máximo su efecto, debes tomarlo todos los días desde 7 a 10 días. Pese a los múltiples beneficios de este jarabe, los médicos indican no suspender el tratamiento con medicamentos convencionales.
El jarabe de cebolla se debe conservar en un recipiente de vidrio limpio, seco y con tapa en el refrigerador, durante un máximo de 1 semana. Después de este período, se debe desechar el jarabe no utilizado. Además, es importante que antes de beberlo observes su aspecto y si presenta algún cambio mohoso, debes desecharlo. Además, es importante observar siempre el aspecto del jarabe antes de utilizarlo, debiendo observar si presenta algún cambio de color o presencia de moho, por ejemplo. Si hay algún cambio, no utilice el jarabe y debe desecharlo inmediatamente.
Receta del jarabe de cebolla
Para hacer tu propio jarabe necesitas una cebolla blanca o morada de tamaño grande; entre 3 o 4 cucharadas de miel, también puedes usar azúcar morena; y una taza de agua. Como una opción para aumentar las vitaminas del remedio, puedes agregar el zumo de 3 limón y jengibre rallado. Una vez tengas todos los ingredientes, debes pelar y cortar la cebolla en rodajas finas. En una olla pequeña, añádelas con la miel y el agua.
Lleva la mezcla a ebullición a fuego medio-alto, revuelve de forma constante par evitar que se pegue. Luego de que hierva, deja cocinar a fuego lento entre 30 y 40 minutos, o hasta que el líquido se reduzca a la mitad y la cebolla esté suave. Pasado el tiempo, retira la olla del fuego y deja que la mezcla se enfríe, pásala por el colador para eliminar los trozos de cebolla. Una vez tengas el jarabe, agrega el zumo de limón y el jengibre al gusto.
