La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha enmarcado este lunes la Ley de Amnistía en «un golpe contra la unidad nacional, la democracia y el Estado de derecho programado y por etapas» y ha alertado de que esta «rompe» a todos, incluido al PSOE.
«El Gobierno ha hecho bandera del frentismo, de la mentira y de traicionar el mandato de las urnas, las instituciones y la propia Constitución, la mejor de nuestra historia», ha denunciado durante su intervención en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado, donde los ‘barones’ autonómicos del PP han acudido a mostrar su rechazo a la propuesta que se está tramitando actualmente en la Cámara Alta.
Ayuso, que ha criticado duramente que el PSOE rechazase este debate, ha denunciado que sean tiempos «de reescribir la ley a favor de delincuentes condenados, de mejorar sólo la vida de violadores y de que un prófugo de la Justicia dicte al Gobierno, desde Suiza o Bélgica, con mediador salvadoreño, cuál debe ser el rumbo de la Nación Española».
«No es normal, ni en España ni en ningún país democrático, que el Gobierno dependa de quienes tienen como objetivo declarado liquidar la nación», ha remarcado, al tiempo que ha insistido en que «no es normal que se amnistíe a delincuentes para mantenerse en el poder a cualquier precio, y menos aún que sean los delincuentes los que redacten los términos de esa norma de amnistía y lo hagan abierta e indisimuladamente, con sucesivas humillaciones públicas, para que quede claro quién manda».
Para la dirigente madrileña, «es tan humillante para los españoles» lo que se ha defendido por los independentistas durante sus intervenciones «que parece mentira que el PSOE lo apoye». «¿Qué hay de concordia en las palabras de esta mañana por parte de los independentistas aquí?», ha preguntado después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se mostrase convencido de que el referéndum dejará de ser «inconstitucional».
La presidenta madrileña ha rechazado que esta ley se quiera aprobar «por la convivencia» o «por Cataluña». Y es que considera que los nacionalistas solo necesitaban «un gobierno central débil, sin principios y a la desesperada» para conseguir sus objetivos.
«CATALUÑA ES DE TODOS»
Según ha expuesto Ayuso, «los separatistas van de frente». «Cada ilegalidad que imponen al Estado va seguida de otra aún más dañina. Es una carrera sin final. Un estado pacífico no es un estado sumiso. Dejarse agredir no es trabajar por la convivencia», ha alertado.
Asimismo, la dirigente regional ha hecho hincapié en que «Cataluña es de todos», «lo mismo que Madrid», pero ha avisado al presidente de la Generalitat que «ninguna de las dos regiones, como ningún rincón de España, es disponible».
«Lo que sea de Cataluña es cosa de todos y preguntar a una parte lo que en realidad no puedes hacer con ella es tan ilegal como insultante y tiene un fin muy claro: seguir dividiendo a los catalanes, seguir mintiendo a todos los españoles, mientras le meten la mano en sus carteras, pervierten la Historia y debilitan a la nación entera», ha remarcado.
Ayuso ha criticado que Aragonès hable de «represión» y ha cuestionado si esta es la que aplican en la región «con los catalanes que luchan por el derecho constitucional de sus hijos a ser educados en español», la de «la quema de las calles en Barcelona», la de «la expulsión de las empresas» o la del «bloqueo de las infraestructuras críticas para la movilidad».
«Los españoles demostramos dignidad, serenidad, concordia y responsabilidad, con el Rey a la cabeza, y gracias a la aplicación por primera vez del artículo 155, se desactivó el separatismo y ahora Pedro Sánchez lo ha vuelto a alimentar sólo para mantenerse en el poder. Hizo todo lo que prometió que no haría y aquí nos encontramos, en otro túnel», ha lanzado.
Además, Ayuso ha aprovechado su intervención para alertar de que «la primera consecuencia para los ciudadanos de Cataluña (si hubiera independencia) sería que no podrían cobrar sus pensiones». En este sentido, ha expuesto que «Cataluña es la región donde más diferencia hay entre los ingresos y los gastos de la Seguridad Social de toda España».
«El agujero es de más de 4.300 millones de euros, o lo que es lo mismo, casi 240.000 pensionistas catalanes dejarían de cobrar esta prestación en caso de que España deje de aportar a la Seguridad Social catalana», ha indicado, al tiempo que ha sostenido que una Cataluña independiente «nacería con una hipoteca que superaría los 342.000 millones de euros, o lo que es lo mismo, el 120% de su PIB».