Antonio Garamendi ha asestado un duro golpe al Gobierno de Pedro Sánchez en plena campaña de la Renta 2023. El presidente de la CEOE ha aprovechado la oportunidad para lanzar uno de los retos liberales que más asustan al Gobierno: que sean los empleados quienes carguen con todos sus impuestos directamente. Así, los trabajadores conocerían de primera mano la cuantía pagada a la Agencia Tributaria y la Seguridad Social.
Se trata de un ejercicio de concienciación social y al mismo tiempo una muestra de transparencia total. Y es que, el empleado apenas ve una parte de los impuestos y retenciones a cuenta que se abonan en la nómina, pero no otros tributos ‘ocultos’, como los pagos a las cotizaciones sociales que corren a cuenta de la empresa pero que realmente pesan sobre el trabajador.
Es un ejercicio de transparencia y de aportar la mayor información fiscal y tributaria de los empleados
«Es la forma en la que se vería realmente cuánto es el coste real de los salarios en España», ha asegurado Garamendi durante su asistencia al IV Encuentro del Comercio de CEOE. La petición no tendría ningún tipo de impacto en las arcas del Estado, ni tampoco está encaminada a una bajada de impuestos. «Es un ejercicio de transparencia y de aportar la mayor información fiscal y tributaria de los empleados», han sostenido fuentes de la patronal consultadas por MONCLOA.
CUÁNTO PAGA REALMENTE UN EMPLEADO AL ESTADO
De esta forma, el empleado sabría exactamente cuánto le tocaría percibir y cuánto paga en impuestos. De hecho, hacer este ejercicio deja en muy mal lugar al Ejecutivo, que no ha recogido el guante. El reto de Garamendi ha sentado como un jarro de agua fría a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo. «Es imprudente que un líder empresarial tan importante se deje secuestrar por discursos más propios de Milei o de Trump, pero debe saber que este gobierno camina en la dirección contraria», ha considerado Yolanda Díaz.
Para Yolanda Díaz, la ministra de los datos y cifras económicas y del paro, es «imprudente» que un trabajador conozca la cantidad que aporta realmente a las arcas públicas con su empleo. Y es que, una cosa es la nómina, el papel que cada mes debe entregar la empresa al empleado, y otra muy distinta es el coste real por tener a un trabajador. Esta percepción tiene un efecto real a la hora de obtener información veraz y real de cuántos impuestos abonan los empleados.
La fórmula planteada por Garamendi mostraría al trabajador todo el dinero declarado a la Seguridad Social y ante Hacienda. Un coste que el presidente de los empresarios de España considera que deberían percibir todos los empleados para que sean ellos quienes lo abonen después a la administración. Según los cálculos, en algunos casos esta cuantía puede ser casi un 100% más de lo que realmente llega al bolsillo.
Es decir, el Estado se queda directamente el 50% de los salarios brutos, a lo que hay que sumar después los impuestos indirectos, como el IVA, impuestos especiales -carburante, tabaco-, junto a los impuestos propios, como la factura eléctrica o del gas. A todo ello, se suman las tasas municipales, impuestos de las Diputaciones y los autonómicos.
GARAMENDI LANZA UN JARRO DE AGUA FRÍA A YOLANDA DÍAZ
Para mostrar con un ejemplo a qué se refiere exactamente Garamendi habría que realizar un ejercicio sencillo sobre todos los costes que soporta a una empresa contratar a una persona y qué percibe el empleado.
El trabajador tan solo ve el salario bruto en su nómina. En ella, el trabajador ve una cantidad a la que se le resta la parte proporcional del IRPF (retención) y el pago a la Seguridad Social por los diferentes conceptos. La resta es el salario neto, la cantidad que percibe realmente.
Pero existe una gran parte de ese sueldo bruto que abona la empresa por el trabajador. Es un dinero oculto de cara al empleado bajo el concepto de «cotizaciones a la Seguridad Social a cargo de la empresa (pero a costa del trabajador)». Esta cantidad determina los coeficientes a la Seguridad Social.
GARAMENDI SACA LOS COSTES LABORALES
Estas cotizaciones sociales, a las que se refiere indirectamente Garamendi, pueden ser fijas, como el 23,6% de las contingencias comunes; mientras otros factores son las contingencias profesionales, que varían en función de la actividad desarrollada por el trabajador, que pueden ir del 1,5% al 7%. Con estos costes laborales, la mayoría de empresas paga entre un 32% y un 38% por la Seguridad Social de sus empleados, y en algunos casos, como apunta el jefe de los empresarios, el 50% del total del sueldo bruto, es decir, el 100% del sueldo neto.
Asimismo, existen una serie de gastos indirectos en función de los servicios por cuenta ajena del trabajador. Por ejemplo, las pagas extra, gastos de formación, seguros de prevención de riesgos laborales.
Con números es más sencillo. Con un sueldo bruto de 20.000 euros, unos 1.420 euros al mes con pagas extras, la empresa tendrá que aportar entre 26.400 y 27.600 euros al año, es decir, unos 1.971 euros al mes.
Estos costes también suman la cotización por formación (0,6%); por desempleo (5,5%) en los contratos indefinidos; por accidentes va en función de la actividad; mientras que el Fogasa, Fondo de Garantía Salarial, suma el 0,2%; al que hay que sumar el 0,58% por el Mecanismo de Equidad Intergeneracional.
Por otro lado, mientras Yolanda Díaz se recomponía tras el rejón de Garamendi, el PSOE ha sacado pecho de sus logros económicos exponiendo «el odio» de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. En un vídeo dirigido para un público infantil, los socialistas aseguran que no hay que dejarse engañar. «Frente a la coalición del odio, del desastre y del bulo»: datos. Así, ha mostrado indicadores económicos como el empleo, con 21 millones de afiliados, acompañando el récord con una copa con el número 1.
EL PSOE INSISTE EN VINCULAR A FEIJÓO CON EL ODIO
En cuanto al PIB, «España crece y tanto que es líder de Europa»; con una «deuda que se reduce casi 4 puntos en un año y es una reducción constante». Por último, el PSOE saca pecho de los máximos históricos en algunos valores del Ibex 35, a pesar de que no está considerado un indicador económico. «Frente a la coalición del odio, del todo mal y de la España se rompe, datos», señalan.
No obstante, el PSOE oculta dos importantes indicadores económicos, como la inflación y el déficit. La inflación acumulada desde que el Gobierno de Pedro Sánchez decidiera romper con las limitaciones al precio de la luz, en junio de 2021, alcanza más del 13% en estos dos años y medio; mientras que el déficit cerró el año pasado en los 53.556 millones de euros en un año récord de recaudación fiscal.
EL PSOE ENTIERRA LOS INDICADORES ECONÓMICOS
Además, el PSOE no ha mostrado el nivel de deuda pública, que se sitúa en el 109%, un 81% por encima de las exigencias máximas impuestas por Bruselas, que pide un endeudamiento del 60% del PIB como máximo.
Tampoco hace referencia que el crecimiento artificial del PIB se ha conseguido precisamente por la inflación -mayores precios, pero menor volumen de mercancía vendida- y se olvida de que España es el país más rezagado de Europa en cuanto a la recuperación de la crisis sanitaria.
No ha sido hasta el cierre de 2023 cuando se ha conseguido superar el PIB de 2019, cuando la mayoría de los países de la UE lo consiguieron en 2022. Todo ello sin contar con el rechazo a deflactar el IRPF y ajustar el impuesto a la inflación para aliviar especialmente a las familias.