El mantecol es un delicioso postre que es ideal para compartir en meriendas y fiestas. Su sabor es único gracias al toque de maní y textura cremosa que lo caracteriza, además de hacerlo irresistible para grandes y chicos. Aunque muchos eligen comprarlo, otros prefieren tener una receta para prepararlo en casa, sin embargo para obtener la textura y sabor perfectos hay que seguir algunos puntos claves que nos ayuden a lograrlo.
Este delicioso postre se originó en Argentina a inicios del siglo XX. Se dice que la receta original solo contenía maní, azúcar y glucosa, sin embargo con el pasar de los años han surgido variaciones que le brindan una textura más deliciosa, así como un sabor más intenso y delicioso. ¿Cómo logramos un mantecol perfecto? aquí te explicaremos los pasos que debes seguir para obtener el mejor resultado de este postre.
Así debes preparar el mantecol
Lo primero que debes tener en cuenta son los ingredientes: 400 gramos de maní tostado sin sal, 300 gramos de azúcar, 75 ml de agua, 2 cucharadas de miel, 2 claras de huevo y una pizca de sal. Ahora procederemos a la preparación y para esto solo debes iniciar procesando el maní hasta obtener una pasta fina, asegurándote de que no queden trozos grandes. Aparte, debes preparar el almíbar. Para esta, debes mezclar en una olla a fuego lento el azúcar y la miel. Debes esperar que el azúcar se disuelva por completo.
Retira el almíbar del fuego y s viértelo lentamente sobre la pasta de maní mientras procesas o licúas continuamente. Cuando todo esté incorporado, añade las claras y la sal. Ahora, debes mezclar hasta que quede una mezcla homogénea. Luego, solo debes verter la mezcla en un envase y dejarlo enfriar en el refrigerador por al menos 4 horas. Cuando se cumpla este periodo, debes desmoldarlo y así estará listo para disfrutar.
Consejos para lograr un excelente mantecol
Para lograr un mantecol delicioso, es crucial que consigas un maní de excelente calidad. Lo ideal es que sea un maní sin sal que sea fresco, ya que de esta manera la crema será de mejor textura y sabor. Además, debes tener cuidado de que el almíbar no se cocine demasiado, ya que esto podría cambiar el sabor de este delicioso postre por completo.
El proceso de batido es otro punto en el que hay que tener mucho cuidado, ya que de lo contario no quedaría la textura ideal para el mantecol. Por último, no olvides darle una refrigeración adecuada y con el tiempo suficiente, ya que de lo contrario no se conseguirá la solidificación necesaria.