Ahorrar para la jubilación debe ser un objetivo prioritario con el fin de encarar la senectud en buenas condiciones económicas. La planificación resulta primordial de cara a ahorrar para tu retiro.
Ahorrar para la jubilación debe ser un objetivo prioritario con el fin de encarar la senectud en buenas condiciones económicas. La planificación resulta primordial de cara a ahorrar para tu retiro.
A continuación, te daremos algunos consejos para que consigas el ahorro suficiente. Y te comentaremos cómo puedes organizar un plan de inversión a tu medida. Presta atención.
¿De qué manera puedes ahorrar para financiarte durante tu jubilación?
Conviene que comiences a pensar en este ahorro desde años antes de jubilarte. Lo primero que puedes hacer, en este sentido, es no gastar todo el dinero que ingreses. Reserva, si resulta viable, un cuarto de tus ingresos para este ahorro a largo plazo.
Eso sí, ten en cuenta que una eventual inflación va a hacer perder valor a tu dinero. Y más a largo plazo, durante décadas. Por lo tanto, no te vendrá mal invertirlo en un plan de pensiones cuyos intereses superen la inflación.
Otra fórmula de ahorro es la relativa al plan de pensiones público. Cuanto más aportes a la Seguridad Social, mayor será la prestación por jubilación que recibirás. Así que puedes ir pensando, si te lo puedes permitir, en incrementar tu base de cotización.
Asimismo, contrata asesoramiento externo y recurre a aplicaciones de planificación. Es una operación a largo plazo que merece la pena. Y es, precisamente, en el largo plazo en el que estriba la clave de un ahorro factible. Te lo contamos en el siguiente apartado.
Los planes de inversión
Un plan de inversión conlleva poner en valor las siguientes recomendaciones. Pero debe introducir una variable que puede llegar a descolocar. Nos referimos al riesgo. Con estos planes de ahorro tratamos de evitar el riesgo. En consecuencia, interesa despejar esta incógnita.
El riesgo es un factor inherente a las inversiones. En los planes de inversión tradicionales se encuentra presente. Por ejemplo, en los relativos a la renta variable. Las acciones de compañías que cotizan en bolsa son paradigmas de estas estrategias. No obstante, sus riesgos pueden equilibrarse mediante el recurso a otras inversiones. En este sentido, tienes la posibilidad de diversificar invirtiendo en bonos y letras del tesoro.
Ventajas e inconvenientes de unos planes de inversión a medida
Los ETF pueden servir como alternativa para intentar contrarrestar las tensiones en el capital de estos activos. Estos fondos cotizados consisten en replicar un índice, un sector o un producto referente. De esta manera, no tienes que estar pendiente de interpretar tendencias de inversión. Simplemente, podrás beneficiarte de la general tendencia alcista de los índices de prestigio.
Por ejemplo, vas a poder repartir tus participaciones accionariales entre diversas compañías. Estas pueden ser del sector tecnológico, del médico, de la sostenibilidad… O incluso las más prestigiosas de un país determinado.
Obtienes el rendimiento general que describa el índice replicado. Y tus participaciones están desagregadas entre distintas empresas. De esta manera, las eventuales cotizaciones desviadas no te van a jugar malas pasadas. Evitas padecer los rigores de la volatilidad característica de mercados como el de las criptodivisas.
Este formato de inversión se basa, como te adelantamos, en el largo plazo. Aprovechas la dinámica alcista que estos índices proyectan durante años.
Sin embargo, has de contar con una contrapartida. Los beneficios no serán excesivamente altos ni los recibirás a corto plazo. Suponen unas contrapartidas, a cambio de eliminar el riesgo mediante la diversificación de activos, lógicas.
En definitiva, ahorrar para la jubilación es una obligación. Lograrlo requiere una planificación concienzuda y un alto grado de disciplina. Y el plus necesario lo puede proporcionar un plan de inversión.