La última artimaña de ‘el Rey del Cachopo’ para salir de la cárcel

César Román Viruete, el asesino y descuartizador de su ex novia Heidy Paz, más conocido por el apodo de ‘el Rey del Cachopo’, ha hecho un último y desesperado intento de salir de la cárcel de Alcalá de Henares, donde se encuentra cumpliendo una condena de 15 años de prisión por homicidio con el agravante de parentesco y género, condena ratificada por el Tribunal Supremo en diciembre de 2022. Ahora reconoce, casi seis años después, lo que la Justicia ya probó, el homicidio de su ex novia.

Román se encuentra en la cárcel desde su detención en noviembre de 2018 y sólo ha salido para acudir a juicios, por tanto ha cumplido ya un cuarto de la condena que le permitiría acceder al tercer grado si cumpliera el resto de requisitos, pero sólo y únicamente si su condena fuese inferior a cinco años.

En su caso sería de aplicación el artículo 36 de Código Penal que recoge que «cuando la duración de la pena de prisión impuesta sea superior a cinco años, la clasificación del condenado en el tercer grado de tratamiento penitenciario no podrá efectuarse hasta el cumplimiento de la mitad de la pena impuesta». Es decir, le queda todavía más de año y medio de prisión para poder acceder a los beneficios penitenciarios.

PAGAR 20 € DE RESPONSABILIDAD CIVIL

«No es nada que no esperásemos, que aunque sea cierto lo que dice en su carta, lo único que pretende con ello es obtener beneficios penitenciarios y si realmente quiere resarcir moralmente el daño causado que nos diga exactamente como sucedieron los hechos y que nos diga donde se deshizo de la cabeza y las extremidades de Heidy», comenta Alexis Socías, representante legal de la familia de la víctima.

Además, Román incumple el último requisito exigido por la oposición de la acusación particular, representada por Gloria Bulnes, madre de la víctima, la Fiscalía y la acusación popular ejercida por la Comunidad de Madrid. Román ha ofrecido 20 euros mensuales como pago de la responsabilidad.

La jueza le exigió 100 euros, pero no puede hacer frente a ellos porque ha dejado de trabajar en la cocina de la prisión y por tanto no ingresa 400 euros mensuales que podría ingresar. La madre de Heidy tampoco ha aceptado esos 20 euros, de manera que esa responsabilidad no se está cumpliendo. De esa manera, ni siquiera la Junta de Tratamiento de la cárcel puede tomar en consideración su petición de permisos. Los permisos sólo pueden concederlos a propuesta de la Junta el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria o mediante petición del penado al mismo Juzgado.

Cuando Román propuso pagar 20 euros mensuales como adelanto de esa compensación, fue calificada por el Tribunal del Juzgado que lo declaró culpable como «nimia», incluso evitando pronunciarse «evaluar la relevancia que la nimia cantidad que se está abonando pueda tener en su clasificación penitenciaria».

LAS ACUSACIONES, CONTRA EL IRRISORIO PAGO

Todas las acusaciones se oponen a que esos 20 euros puedan considerarse pago de la responsabilidad civil, ya que esta medida supondría un paso adelante para, régimen penitenciario en mano, optar a permisos de fin de semana o extraordinarios cuando tocase. Además, ese dinero sale de su peculio mensual, que le ingresarían familiares, ya que Román se ha declarado y es jurídicamente insolvente. Pero según su abogada, Ana Isabel Peña, Román ya debería haber gozado de al menos dos permisos de fin de semana y uno extraordinario.

Queda por estudiar la posibilidad, casi imposible legalmente a no ser que aparezcan pruebas nuevas, de que las acusaciones particulares o la Fiscalía ahora pidan una ampliación de la pena puesto que el penado ha reconocido el asesinato (20 años) y fue condenado sólo por homicidio (15 años), que era lo único que podía probarse entonces. Para ello Román debería prestar declaración y explicar cómo asesinó a su ex novia y qué hizo con sus restos no encontrados.

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Primer folio de la carta.

En una carta dirigida al mismo juzgado que lo condenó Román se ofrece a «llevar a cabo una declaración ante su Ilustrísima y antes estos familiares (los de Heidy Paz) en la que explicar los pormenores de los luctuosos hechos acaecidos y contestar a todas sus preguntas y dudas, con el objetivo de que estos familiares puedan descansar de una vez y conocer todo lo ocurrido si así lo precisan para alcanzar ese descanso y cerrar sus heridas, cosa que les deseo de todo corazón».

Hay que recordar que su representación legal, por orden suya, se ha venido negando reiteradamente a que la madre de Heidy pudiera repatriar sus restos a Honduras para recibir sepultura cristiana tal y como era el deseo familiar. También dice que «rezo cristianamente todos los días para obtener su perdón».

Román acude religiosamente a misa en la prisión de Alcalá de Henares todos los domingos, aunque su único contacto anterior con la Iglesia sólo fue su etapa escolar en el Instituto de los Salesianos de Madrid. Hace unos meses el Rey del Cachopo fue trasladado de módulo y se queja de que no puede estudiar cómo antes.

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Segunda parte de la carta de César Román.

En este sentido dice César Román que quiere dedicarse en el futuro «al ejercicio de la abogacía para ayudar a mis prójimos y devolver positivamente a la sociedad todo lo que adeudo por mis aciones pasadas». También aquí cabe recordar que tiene pendiente un juicio por una denuncia que le interpuso Alexis Socías, abogado de la madre de Heidy Paz, por injurias durante la celebración de juicio. Román lo acusó de formar parte de una «mafia policial» a su vez responsables del asesinato de su ex pareja.

CARTA DE MARZO DEL ‘REY DEL CACHOPO’

Román también había denunciado al mismo abogado por amenazas mientras estaba en prisión. Pero ese juicio ya se celebró y el representante de la familia de Heidy resultó absuelto. Ahora Socías le pide dos años de cárcel y una indemnización que aunque Román viviese cinco vidas jamás podría pagar, por sus declaraciones durante el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.

Román mandó por conducto ordinario la carta a la dirección de la prisión el 7 de marzo de 2024. En la misma, «tras llevar a cabo una profunda e íntima reflexión» también indica «mi deseo de dar por concluido el proceso legal y de no recurrir la sentencia impuesta ante instancias internacionales, pues deseo acabar con el sufrimiento que mis actos han causado». El deseo llega un poco tarde porque su representación legal ya recurrió la sentencia ratificada por el Tribunal Supremo ante el Tribunal Europeo de Estrasburgo.

También escribe en la misiva su deseo de pedir perdón a la familia de Heidy Paz, aunque parece olvidarse de las dos cartas que envió desde la cárcel a Gloria Bulnes, madre de su víctima, intentando convencerla sobre su inocencia.

ASESINATO TRAS UNA DISCUSIÓN

Heidy Paz fue asesinada en la madrugada del 6 de agosto de 2018, después de que transmitiese a Román su deseo de dar por acabada una relación iniciada en abril de ese mismo año. Según la investigación, la pareja habría discutido esa madrugada y Román la asesinó en la casa de Vallecas (Madrid) que ambos compartían. Luego la descuartizó, se deshizo de las extremidades y la cabeza y transportó el torso en un taxi hasta una nave alquilada en Usera, donde permaneció durante una semana en el interior de una maleta y el hueco de un ascensor.

El 16 de agosto César Román prendió fuego a las prótesis mamarias de Heidy para intentar borrar cualquier rastro de su crimen, ya que las prótesis portan datos que permiten dar con su dueña. Cuando los bomberos llegaron a la nave aquella misma tarde Román Viruete adoptó otra identidad y huyó a Zaragoza, donde fue detenido el 16 de noviembre de 2018 por la Policía Nacional y desde el día 20 de noviembre está en prisión.