Lynda Carter es una de esas actrices que pasarán a la historia de Hollywood por la franqueza que representa. Es un relato viviente de superación. Ha trascendido barreras que muchas no pudieron lograr en una industria cinematográfica que hace cuarenta años atrás era liderada por el machismo y falta de derechos hacia las mujeres.
Nacida en Phoenix, Arizona, en 1951, antes de su salto a la fama, enfrentó desde temprana edad el acoso escolar y las burlas por su apariencia y origen mexicano. Sin embargo, encontró refugio en el arte y el talento que la llevó a convertirse en una figura emblemática de la televisión y la música. Lynda Carter halló en la interpretación un escape a las dificultades que enfrentaba en su niñez. Desde los cinco años, demostró un talento innato para el canto y el baile, influenciada por la rica herencia musical de su familia.
Desde pequeña Lynda Carter fue víctima de acoso
A medida que crecía, su belleza y carisma captaron la atención de todos a su alrededor, transformándola de una niña marginada en una joven admirada. Su participación en concursos de belleza la llevó a ser coronada como Miss Arizona y luego como Miss Estados Unidos, abriéndole las puertas hacia una carrera en el mundo del espectáculo. Pero, el camino hacia el estrellato no fue fácil. Tras algunos papeles menores en televisión y cine, Lynda enfrentó momentos de incertidumbre y desafíos económicos. Pero su vida daría un giro de ciento ochenta grados cuando obtuvo el papel protagónico en la serie televisiva «La Mujer Maravilla» en 1975.
El éxito de la serie la catapultó a la fama internacional, convirtiéndola en un ícono de la cultura pop. Lynda Carter encarnó a la poderosa heroína con gracia y determinación. Su impacto fue tan grande que inspiró a millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Pese a su éxito, enfrentó obstáculos como comentario misóginos y situaciones de acoso.
Durante su travesía por «Wonder Woman», Lynda Carter enfrentó lo peor de Hollywood

Durante el desarrollo de «Wonder Woman», Lynda Carter fue víctima de constantes maltratos del actor Lyle Waggoner, su compañero en la trama. Según la intérprete, su colega no aceptaba que una mujer fuera la figura principal de la historia, revelando así el machismo de la época. Asimismo, reveló que varios productores la acosaban, intentaban que la serie se cancelara por ser muy feminista. Pese a estos maltratos, ella jamás se rindió.
Lynda Carter confesó que durante las filmaciones de la producción, algunos camarógrafos enojados hacían agujeros en las paredes de los camerinos para espiarla mientras se vestía. Un día fueron descubiertos y aquellos sujetos fueron despedidos. No existe ninguna duda que la intérprete de la Mujer Maravilla es mucho más que una estrella de la pantalla, es un símbolo de fuerza, resiliencia y empoderamiento.