La abstención en Cataluña ha superado el 42%

Una de las cosas que más ha llamado la atención en las elecciones catalanas de este domingo 12-M ha sido la abstención. Con el 99,48% del resultado escrutado, la participación en Cataluña ha sido del 57,94% y, por tanto, la abstención ha sido del 42,05%. Es decir, han votado 3.148.378 personas, pero se han abstenido 2.284.788.

Recordemos que la participación en las últimas lecciones regionales, las del País Vasco el 21-A, fue del 62,52%, el mejor dato en las últimas tres citas electorales, y en las anteriores elecciones, las autonómicas de Galicia del 18-F, la participación superó el 67%.

En Tarragona, la participación fue del 55,51% (319.080 personas) y la abstención del 44,48% (255.701).

En las elecciones catalanas del 12-M el 99,16% de los votos fueron válidos, pero hubo un 0,83% de votos nulos (26.414). De los 3.121.964 votos válidos, el 98,02% fueron para alguna de las candidaturas que se presentaban, pero un 1,13% (35.783) han sido votos en blanco, de personas que demuestran así que no están de acuerdo con ninguna de las candidaturas que les ofrecían.

En la circunscripción de Barcelona la participación ha sido del 58,50% y la abstención del 41,49%, es decir, votaron unas 2.359.919 personas, 7,10% más que en las anteriores elecciones, y la abstención fue del 41,49% (1.674.062 personas). En Tarragona, la participación fue del 55,51% (319.080 personas) y la abstención del 44,48% (255.701). En Lleida la participación fue del 56,40% (168.836) y la abstención del 43,59% (130.495 personas). Y en Girona, la participación fue del 57,23% (300.543 personas) y la abstención del 42,76% (224.530 personas).

2,2 MILLONES DE PERSONAS SE HAN ABSTENIDO EN CATALUÑA

En su conjunto, la cifra de participación en Cataluña está unos 6,65 puntos por encima de 2021, pero es que esos comicios se celebraron en la pandemia del COVID y con medidas de seguridad en los colegios electorales para evitar el contagio. Por eso, que más de 2,2 millones de personas hayan decidido abstenerse en un entorno de normalidad en términos sanitarios y en un día con buen tiempo, condicionada eso sí por la alteración «muy grave» de la circulación de trenes de Rodalíes, ocasionado por un robo de cobre en las estaciones de Renfe a primera hora de la mañana y que a media tarde seguía ocasionando problemas en varias líneas, que continúan sin circulación, es muy llamativo.

La abstención en teoría no perjudica ni beneficia a ningún partido, pero todos quieren que vaya a votar el mayor número posible de personas.
La abstención en teoría no perjudica ni beneficia a ningún partido, pero todos quieren que vaya a votar el mayor número posible de personas.

Porque eso implica que más de 2,2 millones de personas decidieron no ir a votar ni ejercer su derecho de elegir a sus representantes en el Parlament. En principio, según la teoría, esta opción no beneficia ni perjudica a nadie, dado que el reparto se hace contabilizando tan solo los votos válidos emitidos. Es decir, si sobre el censo electoral han votado el 57,94% de los ciudadanos con derecho a voto, el reparto se hará en base a ese 57,94%, así que la abstención ni pincha ni corta. Si bien, la abstención es lo que más preocupa a los partidos de izquierda, ya que, aunque a priori la abstención no beneficia a nadie, normalmente el electorado progresista es más propenso a no acudir a votar.

EN TEORÍA LA ABSTENCIÓN NO PERJUDICA, PERO EN LA PRÁCTICA SÍ

De hecho, por el resultado de las elecciones, se ha notado que los partidos de la derecha, PP, Vox y Aliança Catalana han conseguido movilizar a más público. PP quintuplicó sus escaños, hasta obtener 15, Vox se mantiene en los 11 escaños y AC se ha introducido en el Parlament con dos diputados. Y gracias a la victoria del PSC de Salvador Illa, los partidos constitucionalistas han vencido al independentismo.

El voto en blanco es cuando no hay ninguna papeleta dentro del sobre. Debido a la Ley d’Hondt (el sistema de cálculo proporcional del sistema español) y a la barrera electoral (el porcentaje mínimo de votos para optar al reparto de escaños), este tipo de voto beneficia a los partidos mayoritarios y perjudica a los minoritarios, dado que se considera voto válido.

La ley electoral dicta que se excluye en cada circunscripción a aquellas candidaturas que no hayan obtenido al menos el 3% de los votos válidos emitidos. Por tanto, al incluirse los votos en blanco, este mínimo es más elevado, lo excluiría de la distribución de escaños a algún partido que de otro modo habría superado ese umbral.

LA ABSTENCIÓN SUELE AUMENTAR CUANDO LA ECONOMÍA VA BIEN, EXCEPTO EN CATALUÑA

Y el voto nulo es cuando en el sobre hay más de una papeleta, se introduce un objeto o cualquier otra cosa o se dibuja algún elemento en la papeleta. Esta modalidad es conocida por ser la más gamberra de las tres mencionadas, y aunque, se considera un voto crítico, en realidad no perjudica ni beneficia a nadie. Según la actual ley electoral, este voto es emitido, pero no válido, por lo tanto, no computa en el reparto de los escaños.

Muchos estudios apuntan, por ejemplo, a que la mejora económica de una región o país está inversamente relacionada con la participación; es decir, cuando la renta per cápita disminuye, los ciudadanos tienen a participar más activamente en los procesos electorales para revertir esa situación. En el caso catalán, en cambio, ocurre lo contrario: según un breve estudio de Luis H. Bailón García, licenciado en Humanidades por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) especializado en estudios sociales y culturales, en Cataluña hay una «mayor abstención electoral» cuando la situación laboral es peor.