Pere Aragonès, el primer republicano en conquistar la Generalitat desde Companys

Pere Aragonès abandona la política tras el rechazo de los catalanes a las políticas y a la deriva ideológica de ERC. Bajo su batuta y con Oriol Junqueras en prisión, Aragonès tomó las riendas de la formación republicana y con apenas 38 años llegó a ser escogido presidente de la Generalitat tras la salida de Junts del Govern. El presidente 132 de la Generalitat no ha escondido su juventud ni desparpajo a la hora de captar los votos, con baile incluido por Sant Jordi con su esposa Janina Juli Pujol, durante esta dura campaña electoral.

Aragonès ha cosechado uno de los hitos para el republicanismo catalán: obtener la presidencia de la Generalitat tras 80 años de sequía, es decir, desde Lluís Companys. Abogado y residente en Pineda de Mar (Barcelona), Aragonès es amante de la historia económica, pero no logró el objetivo de poner a Cataluña rumbo a la independencia. Ante el reto de no lograrlo y menos de tener que sellar una alianza con Junts, partido que se marchó del Govern por las serias diferencias entre el líder de Esquerra y Carles Puigdemont. De hecho, dejará al nuevo líder y a la junta ejecutiva de su formación esta labor de negociación.

Aragonès se marchará sin coger el acta, un hecho que le honra tras la debacle de ERC, que pierde casi 190.000 votos y 13 escaños en el Parlament, para quedarse únicamente con 20 diputados, tan solo cinco por delante del Partido Popular de Alejandro Fernández. Pere Aragonès inició su actividad política con apenas 14 años, creando la Joventud Independentista de Catalunya (JIC).

LA SUPERVIVENCIA DE UN LÍDER SIN SUERTE EN LA RECTA FINAL

Aragonès ha demostrado un sobrado instinto de supervivencia dentro de ERC, un partido con distintas almas y particularidades, cuyo salto de calidad se sucedió con los tripartitos gobernados por el PSC de José Montilla y Pasqual Maragall.

No obstante, siempre ha tenido la fortuna de sortear el fuego amigo en las guerras internas de la formación, desde su oposición al Estatut de Autonomía redactado por los socialistas al rechazo de una financiación autonómica pactada con el Estado, un acuerdo que la ejecutiva de ERC avaló. A pesar de ello, Aragonès siempre se ha sometido a la disciplina de voto, mostrando antes el interés por la buena marcha del partido antes que el personal.

Se quería transmitir una cierta unidad en un partido con almas separadas y distanciadas

Los dirigentes de ERC tienen numerosas similitudes con el PNV. En todo momento manda el partido y los intereses personales quedan en un segundo plano. Le pasó a Urkullu, que se enteró de su destitución por la prensa, mientras Aragonès tenía pactada la línea roja para dejar el cargo si los resultados eran desastrosos. Eso sí, ha aguantado una oleada de críticas internas, pero no habían trascendido hasta ayer. «Se quería transmitir una cierta unidad en un partido con almas separadas y distanciadas», apuntan fuentes de la formación.

EL PARTIDO ANTES QUE LOS INTERESES PERSONALES

Aragonès deja ahora a ERC en una situación similar a la que entró con fuerza en 2008. No obstante, si antes fue Joan Puigcercós, conocido por asaltar la piscina de la casa de Pedro J. Ramírez, ahora los republicanos tienen a Oriol Junqueras para suplirle, pero con el hándicap de que el indultado parcialmente no ostenta acta de diputado, como tampoco Roger Torrent, consejero de Empresa en funciones.

. No obstante, es Junqueras quien tendrá que tomar decisiones de calado, como es permitir que el ala de Aragonès tenga voz en la formación.

UN TRABAJADOR INCANSABLE

Junqueras no permitió a Aragonès realizar acción alguna sobre el referéndum del 1-O, con la amenaza de quedar preso y ser sentenciado como un escenario más que probable. Era la única persona que demostró liderazgo en el núcleo duro de ERC y tal como surgieron los acontecimientos, fue presidente el 24 de mayo de 2021.

Bajo su batuta, ERC cambió el tercio. La vía unilateral quedó desterrada, pero no la del referéndum acordado con el Estado, con cinco fórmulas propuestas, pero ni el PSOE ni el PSC estaban por la labor. No obstante, sí llegó a acuerdos por la amnistía y los indultos, como también por el traspaso de competencias, como Rodalies.

Aragonès elevó a ERC a cotas nunca vistas en el Parlament en Democracia. Su trabajo incansable, centrado especialmente en la economía y con una especial dedicación en temas que de verdad importan a la gente, como la vivienda, no tuvieron los frutos debido a su enfrentamiento fratricida con Junts, que le ha acabado robando el protagonismo desde fuera de las fronteras catalanas. Y es que, el liderazgo de Puigdemont era demasiado para una sola persona.

Aragonès en el Senado
Pere Aragonès, un joven president y una labor incansable

ARAGONÈS, ¿UN ÚLTIMO ACTO EN EL CERCLE?

Con demasiados frentes y presiones abiertos, desde Ferraz, Pallars (sede de PSC), Argelès (cuartel general de Junts) y Calàbria (sede de ERC), Aragonès iniciará su retiro como expresidente de la Generalitat, pero no se irá con las manos vacías. Para empezar, la asignación económica alcanzará el 80% del sueldo desde que ocupó el cargo, un montante que percibirá en la mitad de tiempo que ha ejercido, es decir, en año y medio cobraría 326.826 euros.

Asimismo, también tendrá sufragados los gastos de una oficina adecuada a las responsabilidades y funciones desempeñadas, un montante que correrá a cuenta del Govern, y que dispondrá de un montante adecuado para el funcionamiento de la oficina. Así, está por ver si se mantiene su intervención en el Circle d’Economia, al que está invitado como «presidente de la Generalitat».

Aragonès tendrá una pensión vitalicia una vez cumpla los 65 años. La cuantía será del 60% del sueldo cobrado, es decir, unos 245.100 euros. Este montante no lo recibirá en caso de haber accedido al 80% anterior. Asimismo, puede renunciar a estos derechos, como también puede ser revocados si se consideran inapropiados, pero con una serie de requisitos y mayorías. Además, tendrá que dar cuenta de su actividad, con una memoria anual de las actividades y gastos.