China está a la vanguardia de las edificaciones y los avances que prometen mejorar la calidad de vida de los habitantes. Es en China que se erigió un edificio con el mayor bosque vertical con el objetivo de buscar oxígeno natural.
Este proyecto, llamado Qiyi City Forest Garden, comenzó a idearse en 2016 en China pero siguió adelante en 2020 con ocho torres de 36 pisos con una vegetación frondosa y enormes balcones que hacen a la vista un paisaje magnífico que, al parecer, también tiene sus dificultades.
Cómo es el plan con el que China busca oxígeno natural
Este magnífico edificio natural, consta de dos torres de 80 y 112 metros, que albergan 480 árboles grandes y medianos, 300 árboles pequeños, 11 mil plantas y 5 mil arbustos, que dan una fachada nunca antes vista en el mundo. Fue en octubre de 2020, en plena pandemia, cuando comenzó la venta de estos apartamentos y, de acuerdo a los datos inmobiliarios, se vendieron en total 826 apartamentos, lo que anticipaba el éxito inmobiliario del complejo, pero pocas fueron las familias que se mudaron efectivamente.
Las macetas con árboles están controladas por la construcción así como la forma en la que esta vegetación se hidrata y el número de plantas para cada elemento. Todo está sumamente controlado en este espacio, donde el ambicioso proyecto aseguró la distribución de las especies y su cantidad, por lo que todo está contado y bien dividido en los distintos pisos y su ubicación.
Cuál es el lado negativo del ambicioso proyecto de China

Pero como todo plan de urbanismo, tiene su lado negativo y su impacto ambiental. No sólo para quienes los habitan, sino también para los integrantes del vecindario. Al parecer, los vecinos están disgustados por la cantidad de insectos que invaden en este edificio y no todos los apartamentos están ocupados. Además, esta deserción también implica que el real mantenimiento de los árboles y plantas no sea el adecuado, generando un ambiente poco propicio para la comodidad de los inquilinos.
Según los especialistas que conversaron con medios locales, los vecinos de esta ciudad de China se sienten “atrapados por el bosque vertical, pero es imposible vivir al estar todo el día pendiente de los mosquitos. Es como la selva misma”, revelaron los arquitectos quienes, según su criterio, elaborar un proyecto de este tipo implica una responsabilidad que en este caso no fue tomada en cuenta.