El Ejército Aéreo de España ha iniciado un proceso urgente para encontrar un sustituto para su envejecida flota de F-5M Freedom Fighter.
Estos aviones, que han sido un pilar en la formación de pilotos de caza desde su primera aparición en la escuela de reactores en septiembre de 1971, necesitan ser reemplazados debido a su antigüedad y el desgaste acumulado.
Actualmente, el Ejército del Aire y del Espacio cuenta con una flota de 19 F-5M en el Ala 23 de Talavera la Real, operativa desde hace más de 50 años.
Aunque estos aviones fueron modernizados a principios de este siglo para extender su vida útil, la necesidad de un reemplazo se ha vuelto prioritaria, como ha reiterado el Jefe del Estado Mayor del Aire, general del aire Javier Salto.

El Ministerio de Defensa anunció el año pasado una inversión de 25 millones de euros para garantizar la operatividad de los F-5M hasta 2030, cuando está prevista la llegada de su sustituto.
Este mantenimiento incluye la puesta a punto de la aviónica y los motores de los aviones. La modernización previa incluyó la integración de nuevos sistemas de navegación, comunicación, y un radar virtual para entrenamiento, además de mejoras estructurales.
En 2024, España ha reactivado los esfuerzos para elegir un reemplazo para los F-5M. Según un informe de Aerospace Daily & Defense Report, el país está evaluando cuatro sistemas disponibles en el mercado: el Boeing T-7A Red Hawk, el Korea Aerospace Industries T-50, el Leonardo M-346 italiano y el Turkish Aerospace (TAI) Hurjet.
Además, se considera la posibilidad de desarrollar un nuevo sistema de entrenamiento, indicó el teniente coronel del Ejército del Aire Hugo García Galán en un evento reciente de la Royal Aeronautical Society.

Incluso si España decide apoyar el desarrollo de un entrenador optimizado para aviones de combate de sexta generación, podría optar por una compra provisional de un sistema existente para evitar cualquier brecha en la formación de pilotos.
1Agenda para España

El retiro del F-5 ha sido pospuesto hasta aproximadamente 2030, y no hay un cronograma firme para la decisión final sobre su reemplazo.
El desarrollo de un nuevo avión de combate implicaría la colaboración con otros países europeos. Francia, Italia y el Reino Unido son posibles socios.
El futuro avión de combate en el que España está trabajando con Francia y Alemania se espera que entre en servicio después de 2040. Aunque el proyecto ha sufrido retrasos, actualmente avanza según lo planeado.
La opción de una decisión conjunta entre varios países europeos ya se había considerado anteriormente. Francia también busca reemplazar sus Dassault/Dornier Alpha Jets, y ha iniciado conversaciones con España y el Reino Unido para desarrollar o adquirir un nuevo avión modular avanzado de entrenamiento.
La Royal Air Force británica está evaluando el reemplazo de sus Hawk T2, con resultados esperados este año. El desafío es adaptar la formación de los pilotos al avión de combate de sexta generación del programa GCAP, que el Reino Unido desarrolla junto a Italia y Japón.
En cuanto a España, sigue un camino similar al de Francia en formación, con la puesta en servicio del PC-21 y la retirada del CASA C-101 Aviojet en 2022. La transición operativa de los estudiantes de piloto españoles todavía se realiza en el F-5 Tiger, que podría ser reemplazado por el Airbus Future Jet Trainer.
El Ministro de las Fuerzas Armadas de Francia, Sébastien Lecornu, confirmó que se están considerando todas las opciones, incluidas las colaboraciones con el Reino Unido y España, para desarrollar o adquirir un avión de entrenamiento que satisfaga las necesidades de formación para el futuro avión de combate europeo FCAS.
Esta búsqueda de un nuevo avión de entrenamiento es crucial para garantizar que los futuros pilotos de caza de España y sus aliados europeos estén preparados para enfrentar los desafíos de la aviación militar moderna.