Obesidad y otras 3 consecuencias poco conocidas de dormir mal

Dormir es fundamental para tener una buena salud. La obesidad, los descontroles hormonales y los problemas de bienestar mental pueden estar vinculados a un mal descanso nocturno, de modo que es indispensable tener una buena higiene del sueño para mejorar este periodo en el que el cuerpo se recupera y cumple con procesos necesarios para mantenerse sano.

La mayoría de las personas adultas necesitan de 7 a 8 horas de sueño de calidad cada noche para que el cuerpo se mantenga en estabilidad. Sin embargo, existe un alto porcentaje de la población que no duerme lo suficiente o tiene un sueño de mala calidad, esto se asocia a diversos problemas y condiciones que afectan a largo plazo.

Por qué no dormir está asociado a la obesidad

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Dormir mal te afecta para llegar a tu meta

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La falta de sueño suele generar una alteración en las hormonas que regulan el apetito. En primer lugar, puede provocar mayor sensación de hambre y esto se debe a que dormir mal incrementa los niveles de grelina, la hormona encargada de activar la sensación de hambre. Por otra parte, también afecta los niveles de leptina, la hormona qué proporciona la sensación de saciedad. Este descontrol puede generar una ingesta excesiva de comida, por lo que el incremento de peso es mucho más probable.

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Pero la obesidad no es el único problema que puede desatarse a partir de no dormir bien. La falta de sueño puedo aumentar la presión cardíaca, los niveles de cortisol y el ritmo cardíaco. Todos estos son factores de riesgos para desarrollar enfermedad cardíaca, de hecho se estima que quienes duermen menos de 6 horas por noche tienen un 12% más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Además de la obesidad, no dormir bien incrementa riesgo de diabetes

Además de la obesidad, no dormir bien incrementa riesgo de diabetes

Además de la obesidad, la falta de descanso nocturno genera cambios que afectan la forma en la que el cuerpo regula la insulina, hormona encargada de controlar los niveles de azúcar en sangre. Estos desequilibrios aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Un estudio encontró que aquellas personas que dormían menos de 5 horas tenían un 42% más de probabilidades de desarrollar la enfermedad.

Para lograr un buen descanso nocturno es indispensable tomar medidas que mejoren la higiene del sueño. Es necesario establecer una hora fija para dormir y una para despertar, evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de ir a la cama, no tener luces encendidas al momento de dormir y practicar alguna técnica de relajación que ayude al cuerpo a entrar en reposo.

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