El conflicto entre el ejército israelí y el movimiento libanés proiraní Hezbolá, desencadenado tras el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, sigue intensificándose. Líbano ha acusado a Israel de utilizar proyectiles de fósforo blanco en ataques que, según las autoridades libanesas, están causando daños a civiles y al medio ambiente.
El fósforo blanco, una sustancia que se enciende al contacto con el oxígeno, puede ser utilizado para crear cortinas de humo o iluminar campos de batalla, pero también como arma incendiaria, causando graves quemaduras, daños respiratorios, fallos de órganos e incluso la muerte.
«El extenso uso de fósforo blanco por parte de Israel en el sur de Líbano pone a los civiles en grave riesgo y contribuye al desplazamiento de civiles», informó Human Rights Watch en un comunicado divulgado el miércoles.
La organización aseguró haber verificado el uso de estas municiones por parte de las fuerzas israelíes en al menos 17 municipios del sur de Líbano desde octubre, incluyendo cinco casos en zonas residenciales.
Fotografías tomadas en al menos 10 ocasiones diferentes entre octubre y abril muestran columnas de humo consistentes con el uso de fósforo blanco.
En respuesta, el ejército israelí afirmó en octubre que sus procedimientos exigen que las municiones de fósforo blanco «no se empleen en áreas densamente pobladas, con ciertas excepciones», y que sus prácticas cumplen con el derecho internacional.
Sin embargo, la Agencia Nacional de Noticias libanesa ha informado frecuentemente de bombardeos israelíes con fósforo blanco, algunas veces causando incendios. El 28 de enero, «proyectiles de fósforo cayeron entre las casas» en Hula, después de que la «artillería enemiga» atacó el pueblo, según la agencia.
1Israel, acusado por uso de fósforo blanco
El Ministerio de Salud libanés ha registrado 178 personas afectadas por «exposición química debida al fósforo blanco» desde octubre, sin distinguir entre combatientes y civiles. Médicos en otros tres hospitales del sur de Líbano confirmaron haber atendido a personas con síntomas respiratorios por exposición al fósforo blanco.
Brian Castner, investigador de Amnistía Internacional, declaró que «usar fósforo blanco en áreas pobladas por civiles puede constituir ataques indiscriminados, lo que es una violación del derecho humanitario internacional» y que, si hay civiles heridos o muertos, «puede ser un crimen de guerra».
Incluso soldados de la Fuerza Provisional de la ONU para Líbano han detectado fósforo blanco en sus instalaciones, según un funcionario de la ONU que pidió anonimato.
Los enfrentamientos en la frontera han dejado más de 450 muertos en Líbano, en su mayoría combatientes, pero también 88 civiles. En Israel, 14 soldados y 11 civiles han perdido la vida. Amnistía Internacional afirmó el año pasado tener «evidencia del uso ilegal de fósforo blanco por parte de Israel» entre el 10 y el 16 de octubre en el sur de Líbano.
Estados Unidos expresó en diciembre su preocupación por el uso de fósforo blanco suministrado por Washington a Israel en sus ataques en Líbano.
En octubre, Beirut presentó una denuncia ante la ONU, alegando que el uso de fósforo blanco por Israel «pone en peligro las vidas de civiles inocentes y causa extensa degradación ambiental».
El uso de fósforo blanco también ha alarmado a los agricultores del sur de Líbano, cuyas tierras han sido quemadas, temiendo la posible contaminación del suelo y sus cosechas.