En el juicio contra Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, por la supuesta posesión ilegal de un arma mientras era consumidor de crack, el jurado escuchó este miércoles el testimonio de su exesposa, quien recordó haber encontrado una pipa en la casa familiar.
Durante la primera jornada de argumentos, el martes, Hunter Biden fue descrito como un importante consumidor de drogas, que supuestamente mintió sobre su adicción al comprar un arma de fuego. Kathleen Buhle, exesposa de Hunter, relató que en 2015 encontró una pipa para fumar crack en el porche de su casa, preocupándose por la posibilidad de que su hija la hallara. La pareja se divorció en 2017.
Hunter Biden, el primer hijo de un presidente en ejercicio que enfrenta un proceso penal, está acusado de posesión ilegal de un arma de fuego durante 11 días en octubre de 2018 y de mentir sobre su adicción al adquirirla.

La agente especial del FBI, Erika Jensen, testificó sobre cómo los investigadores recabaron pruebas de una computadora portátil abandonada, incluyendo fotografías que aparentemente mostraban drogas. Esta evidencia ha sido utilizada por los republicanos para desacreditar a la familia Biden.
El tribunal también escuchó a Zoe Kestan, quien mantuvo una relación con Hunter Biden en 2017 y 2018, y recordó que él fumaba crack «más o menos cada 20 minutos». Los fiscales mostraron al jurado imágenes de Hunter con una pipa de vidrio en la mano.
La primera dama Jill Biden ha estado presente en el tribunal federal de Wilmington para apoyar a su hijastro. Este caso ha desviado la atención de la campaña de reelección de Joe Biden frente a Donald Trump, recientemente declarado culpable de fraude empresarial en Nueva York.

El presidente Biden, quien no asiste a las audiencias, ha expresado «confianza» y «respeto por la fortaleza» de su hijo. El miércoles, Biden se encontraba en Francia conmemorando el Día D de la Segunda Guerra Mundial y trabajando en iniciativas sobre migración y la guerra en Gaza.
Dolor familiar para los Biden
El martes, el fiscal reprodujo fragmentos de las memorias de Hunter Biden, «Beautiful Things», en los que describe su desesperación por el crack. «Cocinaba (el crack) y fumaba. Cocinaba y fumaba», se escucha en el audiolibro.
El abogado de Hunter Biden argumentó que su cliente «no estaba usando drogas cuando compró el arma» y que ésta «nunca estuvo cargada, nunca la transportó y nunca la usó» en los 11 días que la tuvo. Hunter asegura que desde 2019 no ha consumido drogas.
Además del impacto político, los problemas judiciales de Hunter han reabierto viejas heridas familiares, derivadas de sus problemas con las drogas. Su hermano Beau murió de cáncer en 2015 y su hermana Naomi falleció en un accidente automovilístico en 1972 que también se cobró la vida de Neilia, primera esposa del presidente.

Si es declarado culpable, Hunter Biden podría enfrentar hasta 25 años de prisión, aunque se espera una sentencia más leve, posiblemente sin cárcel, debido a su falta de antecedentes penales. La Casa Blanca ha indicado que no habrá indulto presidencial en caso de condena.
Hunter Biden ha sido objeto de exhaustivas investigaciones por parte de los republicanos, quienes lo acusan de corrupción y tráfico de influencias, aunque nunca se han presentado cargos formales en su contra por estos motivos. Sus negocios en China y Ucrania también han sido utilizados por los republicanos para intentar abrir procesos de juicio político contra su padre, sin éxito.
Se espera que el juicio dure entre una y dos semanas.