En el ámbito de la nutrición, existe una creencia generalizada de que el consumo de manteca de cerdo puede aumentar significativamente los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre. Sin embargo, según una nutricionista, esta percepción no es del todo correcta. De hecho, la manteca de cerdo puede ser una opción saludable y un excelente ingrediente en diversas preparaciones culinarias. Este malentendido subraya la importancia de analizar con más detalle las propiedades nutricionales y su impacto real en la salud.
La manteca de cerdo es rica en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, similares a los que se encuentran en el aceite de oliva. Estos tipos de ácidos grasos son conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular. Los ácidos grasos monoinsaturados pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL, el tipo perjudicial, y aumentar los niveles de colesterol HDL, el tipo beneficioso. Además, los ácidos grasos poliinsaturados pueden contribuir a disminuir la inflamación y mejorar la salud del corazón.
La manteca de cerdo es ideal para freír alimentos

A diferencia del aceite de oliva extra virgen, que se recomienda principalmente para preparaciones en frío como aderezar ensaladas o para cocinar a fuego muy bajo, la manteca de cerdo es ideal para freír alimentos debido a su capacidad para soportar altas temperaturas. Esto la convierte en una opción segura y eficiente para cocinar a temperaturas elevadas sin que se descompongan sus grasas, lo que podría liberar compuestos nocivos.
Es fundamental asegurarse de que la manteca de cerdo sea de buena calidad. Comprar manteca fresca y natural de una fuente confiable es crucial para garantizar que el producto no esté adulterado con conservantes u otros aditivos. La calidad del ingrediente no solo afecta el sabor y la textura de los alimentos, sino también su valor nutricional y su impacto en la salud.
Ofrece beneficios similares a los del aceite de oliva
Otro aspecto importante a considerar es el uso y la reutilización de la manteca de cerdo. Nunca se debe reutilizar la manteca después de haber sido calentada y enfriada, ya que sufre cambios químicos que pueden hacerla perjudicial. Una vez que la manteca adopta un color café o negro, es señal de que debe ser desechada. Reutilizarla en estas condiciones podría aumentar el riesgo de consumir grasas trans, que son conocidas por elevar los niveles de colesterol y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En conclusión, la manteca de cerdo, cuando se consume de manera adecuada y en moderación, puede ser una parte saludable de la dieta. Su contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados ofrece beneficios similares a los del aceite de oliva. La clave está en elegir productos de alta calidad y utilizar técnicas de cocción apropiadas para maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos. De esta manera, es posible disfrutar de sus ventajas sin temer un aumento desmedido del colesterol.