En respuesta a las lecciones aprendidas de la guerra en Ucrania, Estados Unidos ha decidido pausar el desarrollo del modelo más avanzado del tanque Abrams para realizar una ambiciosa modificación que aumente su movilidad y capacidad de resistencia en combate.
«La guerra en Ucrania ha puesto de relieve la necesidad crítica de protecciones integradas para los soldados, construidas de serie en lugar de añadidas», declaró recientemente el general de división Glenn Dean, director ejecutivo del Programa de Sistemas de Combate Terrestres.

«El tanque Abrams ya no puede aumentar sus capacidades sin añadir peso y tenemos que reducir su huella logística». Se espera que el nuevo modelo esté listo para el combate en 2030.
1Diseño retro

El primer Abrams nació en los años 60 como un esfuerzo conjunto de Estados Unidos y Alemania ante la amenaza de los tanques T-62 de la Unión Soviética.
Este diseño buscaba mejorar las capacidades de los tanques occidentales existentes, como los M60 estadounidenses y los Leopard alemanes. La versión inicial del Abrams incluía características avanzadas para su época, como un blindaje compuesto, un cañón de 152 mm, un motor de turbina de 1.500 caballos de potencia que le permitía alcanzar los 69 km/h, y avanzados sistemas de seguimiento.
A lo largo de las décadas, el Abrams ha sido adaptado y mejorado, destacándose en conflictos como las guerras de Irak, Afganistán, Yemen y, más recientemente, en Ucrania, donde el ejército ucraniano recibió una nueva remesa de tanques M1 Abrams el mes pasado.