El destino final de los “sicarios” de Jesús es un capítulo escalofriante en la historia que puede conmover hasta el más escéptico. El destino de los asesinos y cómplices de enviar al Mesías a la cruz son tres, según los registros de la época.
Se trata de Caifás, Anás y Poncio Pilato, quienes son considerados como los hombres claves a la hora de definir el destino de Jesucristo aunque también, según los estudios, en este hecho estuvieron involucrados los principales actores políticos y religiosos de entonces, así como a uno de sus seguidores más cercanos que lo traicionaron.
El destino final de los traidores de Jesús
Aunque no hay datos precisos de la muerte de estas personas, algunos estudios posteriores podrían dar pista del destino de estas personas. Tal como se difundió, se dice que Caifás podría haber muerto asesinado durante la toma de Jerusalén. En tanto, el final de Anás no fue menos trágico y aseguran que podría haber sido ahorcado por órdenes de Caifás. Sin embargo, otra versión más escalofriante rodea a esta personalidad: otros sostienen que murió siendo víctima de su propia locura dándose golpes en su cabeza contra la pared, luego de confirmar que había asesinado al Mesías.
El destino de Poncio Pilato es incierto. Las versiones aseguran que podría haber sido exiliado y que se habría suicidado. Sin embargo, otros rumores apuntan a que terminó sus días convertido al cristianismo, lo que provocó que la iglesia etíope tomara la extraña decisión de declararlo santo.
Un destino trágico: la historia de Caifás, Anás y Poncio Pilato

La historia de los tres traidores de Jesús tuvieron un destino trágico. Caifás fue integrante del Sumo Sacerdocio por varios años y fue depuesto en el año 36 después de Cristo. Este personaje aparece en la Divina Comedia, de Dante Alighieri, donde el escritor elige que el Sacerdote permanezca crucificado en el suelo en la fosa infernal destinado a los hipócritas. Anás, suegro de Caifás, también ocupa un importante rol. Antes, este hombre tenía el título de Sumo Sacerdote y fue quien interrogó a Jesús antes de ser llevado a la Cruz.
Poncio Pilato es el más conocido por todos. El funcionario fue gobernador de Judea y Samaria (con capital en Jerusalén) los años posteriores a la muerte de Jesús. Las imágenes de la época retratan a Pilato como un funcionario justo y benevolente pero, los testimonios de autores contemporáneos lo definen como un déspota con crueldad, ferocidad y tendencia a ordenar ejecuciones sin juicio ni condena previa.