La playa San Antolín, en Llanes, es un verdadero paraíso que nada tiene que envidiar al Caribe. Esta playa asturiana se convirtió en uno de los lugares más preciados para disfrutar de este verano y cuenta con una extensión de arena blanca y mar turquesa que cautiva a todos los visitantes.
La playa tiene la particularidad de que, además de arena, posee una gran extensión de piedras blancas lo que le da una paisaje aún más encantador. La peculiaridad de este paraíso también está en su extensión y la combinación entre mar, arena y montaña.
San Antolín, un pedazo de playa caribeña en Asturias
Para quienes deseen disfrutar del mar y la arena alejado de las grandes ciudades, San Antolín es una buena opción para este verano. Este sitio cuenta con mil doscientos metros de longitud por aproximadamente sesenta y dos metros de ancho. Entre sus características se encuentra la de los fuertes vientos, lo que puede ser ideal para los amantes del deporte como el surf. También, al ser la desembocadura del río truchero Bedón, es una buena opción para los aficionados a la pesca.
Además de disfrutar del mar y la playa, quien visite este lugar también puede realizar turismo histórico y conocer el monasterio de San Antolín de Bedón, que es una iglesia románica benedictina con estilo gótico y minimalista en el que no se encontrará ningún tipo de decoración. En general, este sitio es concurrido pero la extensión permite tener privacidad y descanso de las grandes multitudes. Sus aguas agitadas no son muy recomendables para niños pequeños.
La playa asturiana, ideal para este verano
La región de Asturias posee un paisaje encantador que combina montaña, arena y mar. Es una zona ideal para los amantes de la tranquilidad y también de los deportes acuáticos. Además de la playa de San Antolín, este sitio posee una gran variedad de páramos para disfrutar este verano y combinar la paz con la buena gastronomía.
Entre los lugares predilectos por los turistas se encuentra la playa Andrín, también en Llanes, donde los acantilados son parte de la magia, aunque la corriente suele ser brava en esta época. La de Gulpiyuri es otra de las preferidas. Esta playa está catalogada como Monumento Nacional por lo que, para llegar a ella, hay que caminar por un sendero agrícola rodeado por prados. El detalle de este sitio es que, cuando la marea sube, es imposible permanecer en ella y la playa se convierte en una pileta enorme.
