Tesla: los accionistas votan en contra de la moratoria de minería en aguas profundas

La industria automotriz se enfrenta a una disyuntiva crucial en su camino hacia la electrificación: la necesidad de asegurar el suministro de materiales clave para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos. Tesla, el líder indiscutible en este sector, ha abordado este desafío de forma controvertida, al tiempo que ha recompensado generosamente a su fundador, Elon Musk.

En su reciente reunión anual de accionistas, los inversores de Tesla votaron a favor de una propuesta que le otorga a Elon Musk una remuneración en forma de opciones sobre acciones valorada en 56.000 millones de dólares. Sin embargo, se negaron a aceptar una moratoria sobre el abastecimiento de metales para baterías de vehículos eléctricos procedentes de los ecosistemas de aguas profundas. Esta decisión pone de relieve la compleja situación a la que se enfrenta la industria automotriz en su transición hacia la sostenibilidad.

LA MINERÍA EN AGUAS PROFUNDAS: UNA ALTERNATIVA CONTROVERSIAL

Si bien la minería comercial en aguas profundas no ha comenzado aún, la industria apunta a extraer nódulos polimetálicos que se encuentran en el lecho marino a 4.000 metros de profundidad. Estos nódulos contienen metales como el cobalto y el níquel, que son clave para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos.

La lucha por la minería en aguas profundas se está intensificando a medida que un número creciente de naciones, científicos y ambientalistas piden una moratoria o prohibición de esta actividad en ecosistemas de aguas profundas frágiles y biodiversos, que albergan organismos únicos en el planeta. Por otro lado, la naciente industria minera de aguas profundas sostiene que estos minerales acelerarán la descarbonización, proporcionando los materiales necesarios para construir nuevas baterías y otras tecnologías clave para la transición energética.

Esta disyuntiva se refleja en la votación de los accionistas de Tesla, quienes se negaron a aceptar la propuesta de una moratoria sobre el abastecimiento de minerales de los fondos marinos profundos. Esta decisión pone de manifiesto la presión que enfrentan las empresas automotrices para asegurar el suministro de materiales necesarios para competir en la carrera mundial de vehículos eléctricos.

BATERÍAS DE FOSFATO DE HIERRO Y LITIO: UNA ALTERNATIVA EMERGENTE

Tesla ha sido pionera en la adopción de baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), que también son populares en China y no dependen del níquel ni del cobalto. La compañía ha seguido ampliando su cadena de suministro de LFP en Estados Unidos y afirma que, a principios de 2022, casi la mitad de los vehículos que producía tenían baterías de este tipo.

Sin embargo, el director ejecutivo de Metals Company, una importante empresa minera de los fondos marinos, ha señalado que la química de las baterías está sujeta a nuevos cambios. Según él, durante la próxima década, las baterías de sodio se volverán más populares y reemplazarán parte de la cuota de mercado de las LFP, lo que requerirá los metales de los nódulos polimetálicos extraídos del lecho marino.

Estos cambios en la industria de baterías podrían tener un impacto significativo en la demanda de minerales y la viabilidad económica y ambiental de la minería en aguas profundas. La industria automotriz se enfrenta a un escenario cambiante, donde la innovación tecnológica y las preocupaciones ambientales juegan un papel fundamental en la definición de su estrategia de abastecimiento de materiales.

En resumen, la remuneración de Elon Musk y la controversia sobre la minería en aguas profundas revelan los desafíos a los que se enfrenta Tesla y la industria automotriz en general en su camino hacia la transición energética. La búsqueda de soluciones sostenibles y equilibradas en términos económicos y ambientales será crucial para que el sector pueda cumplir con sus objetivos de descarbonización y electrificación.