La memoria histórica es un tema que sigue generando controversia en España, y las Islas Baleares no son una excepción. Recientemente, el Parlament balear ha tomado en consideración una proposición de ley presentada por el partido político Vox para derogar la ley de memoria y reconocimiento democráticos de Baleares. Esta iniciativa ha generado un intenso debate en la cámara, con posiciones encontradas entre los diferentes grupos parlamentarios.
La propuesta de Vox no solo busca derogar la ley de memoria y reconocimiento democráticos, sino también disolver todas las comisiones, organismos e instituciones de carácter público creadas a raíz de esta ley. Además, plantea la derogación de todas las normas de igual o inferior rango que contradigan o se opongan a lo dispuesto, así como la eliminación del apartado por el que se aprueba el texto refundido de la ley de subvenciones.
Debate en el Parlament balear
Durante el debate en el Parlament balear, el diputado de Vox Sergio Rodríguez ha sido el encargado de defender la iniciativa. En su intervención, ha reprochado a los socialistas su supuesta responsabilidad en el inicio de la Guerra Civil y en la represión posterior del bando republicano, acusándolos de ser «el único partido heredero de aquel periodo y el único en esta Cámara que tiene las manos manchadas de sangre«.
Por su parte, la diputada del PP Cristina Gil ha argumentado que, aunque se derogue la ley balear, habría conformidad con los tratados e instrumentos internacionales, garantizando la legislación estatal. Además, ha señalado que la derogación «no tiene mayores consecuencias» y ha criticado la duplicidad que supone la existencia de tres leyes diferentes sobre memoria histórica: la estatal, la de Baleares y la ley de fosas.
Desde el PSIB, el diputado Omar Lamin ha destacado la importancia de la memoria como un «acto de justicia y responsabilidad». Ha acusado a Vox de aprovechar cualquier oportunidad para «derrochar la democracia y libertad de esta tierra» y ha censurado su «revisión negacionista y edulcorada de la historia». Lamin también ha criticado duramente al PP, acusándolos de traicionar a las víctimas y abrir la puerta a los totalitarismos.
Tensión en la cámara y expulsión de diputadas
El debate ha estado marcado por momentos de tensión en la cámara. El presidente del Parlament, aludiendo a la «neutralidad de la Mesa», ha expulsado a las diputadas Mercedes Garrido y Pilar Costa de la sala por tener fotografías de Aurora Picornell y otras mujeres asesinadas en sus asientos, a pesar de haberles avisado varias veces.
Este incidente ha generado críticas por parte de la diputada de MÉS per Mallorca, quien ha cuestionado el comportamiento del presidente. En su intervención, ha sentenciado que, «por justicia y memoria a las personas asesinadas, por estima a este país y su futuro», su grupo «nunca estará de acuerdo con la derogación». Ha reivindicado que siempre estarán «en el lado correcto de la historia» y ha dedicado su turno de réplica a leer en voz alta algunos nombres de personas asesinadas, lo que ha provocado que toda la bancada de la izquierda se ponga en pie al finalizar su intervención.
Posiciones enfrentadas y críticas al PP
La diputada de Més per Menorca, Joana Gomila, también ha mostrado su rechazo a la propuesta de Vox y ha lamentado que «Vox dicta y el PP ejecuta». Esta crítica al Partido Popular ha sido una constante durante el debate, con acusaciones de traicionar a las víctimas y dejarse influenciar por la formación de extrema derecha.
El debate sobre la proposición de ley de Vox para derogar la ley de memoria y reconocimiento democráticos de Baleares ha evidenciado las profundas divisiones que existen en torno a este tema. Mientras Vox defiende la derogación argumentando que busca evitar el enfrentamiento entre españoles, el PSIB y los partidos de izquierda acusan a la formación de ultraderecha de hacer una revisión negacionista de la historia y de atentar contra los derechos humanos.
El PP, por su parte, se encuentra en una posición incómoda, criticado por unos y por otros. Aunque ha defendido que la derogación no tendría mayores consecuencias al estar garantizado el reconocimiento por otras leyes, ha sido acusado de traicionar a las víctimas y de plegarse a los dictados de Vox.
En definitiva, el debate sobre la memoria histórica sigue siendo un tema candente en la política española, y el caso de Baleares es un claro ejemplo de ello. La proposición de ley de Vox ha reabierto viejas heridas y ha puesto de manifiesto las profundas diferencias que existen entre las distintas fuerzas políticas a la hora de abordar este asunto. Queda por ver cuál será el desenlace de esta iniciativa y cómo afectará al panorama político balear y nacional en los próximos meses.