El vino más antiguo tiene más de 1700 años y tiene una particularidad que lo hace único: data de 325 y 350 después de Cristo. Este vino fue descubierto en una tumba romana en las cercanías de la ciudad Speyer, Alemania.
Esta reliquia se conoce como «la botella de Speyer» , debido al lugar donde fue hallado durante el año 1867. Para aquellos que deseen conocerlo, este objeto histórico se encuentra en exhibición hace más de 100 años en el Museo Histórico del Palatinado.
El vino más añejo del mundo: un verdadero tesoro histórico
Debido a la antigüedad, se dice que esta bebida perdió todo su contenido de etanol aunque los investigadores temen de abrir esta botella por cómo puede reaccionar el líquido que posee en su contacto con el exterior. Aunque se estima que esta bebida se puede consumir, aunque no posea un gusto agradable al paladar. De acuerdo a las investigaciones, esta botella se encontró en este sarcófago con los restos de una mujer y seis botellas de vidrio.
Su conservación se debe a que, durante el Imperio Romano, los vidrios que se trabajaban eran muy débiles y casi nadie utilizaba recipientes de este material. De acuerdo a la profesora de enología Monika Christmann de la Universidad Hochschule de Geisenheim, consumir este brebaje no sería peligroso: «Microbiológicamente, probablemente no está estropeado, pero no traería alegría al paladar», dijo.
Por qué el vino apareció en una tumba
Tiempo atrás, se descubrió en Carmona, España, un vino de suprema antigüedad que despertó el interés de los arqueólogos. Se trata de un brebaje que fue encontrado en una tumba, que una familia halló en su jardín y que también pertenece a los romanos, con 2000 años de historia. Lo cierto es que este hallazgo fue similar al de la Botella de Speyer y, al parecer, el vino estaba en el sarcófago con una finalidad.
De acuerdo a diversos estudios, en las sociedades romanas antiguas el vino era utilizado para los rituales funerarios, por lo que podrías encontrar estos recipientes también lleno de huesos. Las creencias romanas también confiaban que los espíritus de los muertos tenían hambre y sed, por lo que se le dejaba alimentos y vinos. En alguna de ellas, existían agujeros que servían para echar esta bebida dentro. Además, se ofrecía vino porque era un sustituto apropiado de la sangre, la bebida favorita de los muertos. No obstante, durante el funeral y en ocasiones especiales se sacrificaban animales y se hacía una ofrenda con sangre.
