Caso de abusos en Mallorca: Un religioso jesuita desestima en el Juzgado haber forzado a la víctima

En los últimos años, los casos de abuso sexual relacionados con la Iglesia Católica han sido ampliamente reportados, revelando una problemática que ha afectado a innumerables personas en todo el mundo. En España, lamentablemente, no es la excepción. Estos escándalos han sacudido los cimientos de una institución que se ha visto obligada a enfrentar su oscuro pasado y a implementar medidas para prevenir futuros abusos.

La denuncia presentada por una mujer en Mallorca contra tres jesuitas es un claro ejemplo de la complejidad que rodea estos casos. Si bien los hechos siguen siendo investigados, es crucial analizar cómo se desarrollan y comprender las diferentes aristas que entran en juego. Esto nos permitirá entender mejor la magnitud del problema y la importancia de buscar soluciones efectivas.

La Versión del Jesuita Acusado

Uno de los jesuitas denunciados por agresiones sexuales ha negado tajantemente la versión de la víctima. En su declaración ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Palma, el hombre ha reconocido haber mantenido besos y caricias con la mujer, pero siempre de forma mutua y consentida. Según el religioso, cuando la denunciante comenzó una relación con su novio, él se alejó. De hecho, afirma que años después, a petición de la mujer, él mismo ofició su boda.

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El jesuita ha dejado claro que cuando conoció a la denunciante, ella ya era mayor de edad, y que en ningún momento hubo una situación de abuso o de prevalimiento de su discapacidad. Además, ha expresado que la mujer nunca se opuso a los contactos entre ambos.

La Versión de la Víctima y los Otros Religiosos Implicados

Por otro lado, la mujer de 54 años y con discapacidad sostiene en su denuncia que el jesuita la violó en repetidas ocasiones entre 1988 y 2009 en diferentes lugares de Mallorca. Según la víctima, en 2021 recibió una carta de disculpas por parte del padre superior de la Compañía de Jesús en España.

Además, en la misma denuncia, la mujer también señala a un sacerdote diocesano y a otro jesuita por abusos sexuales. En el caso del sacerdote diocesano, él admitió haber mantenido relaciones sexuales con la denunciante, aunque asegura que fueron consentidas y que incluso fueron iniciativa de ella. Sin embargo, el Obispado reconoció que las «conductas impropias» del religioso habían «causado daño físico y psíquico a la víctima».

Implicaciones y Desafíos

Estos casos ponen de manifiesto la complejidad que rodea los abusos sexuales en la Iglesia Católica en España. Las versiones encontradas, la negación de los hechos por parte de algunos religiosos y la aparente complicidad de la institución plantean serios desafíos en la búsqueda de la verdad y la obtención de justicia para las víctimas.

Es fundamental que estas denuncias se investiguen a fondo, respetando los derechos de todas las partes involucradas, y que se implementen medidas efectivas para prevenir futuros abusos y brindar apoyo a quienes han sufrido este tipo de violencia. Sólo así podremos avanzar hacia una Iglesia más transparente, responsable y comprometida con la protección de los más vulnerables.

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