viernes, 18 julio 2025

CCOO y UGT exigen reformar el Código Penal para definir mejor el terrorismo tras la imputación de Puigdemont

El panorama legal en España se encuentra en un momento crucial de debate y reflexión tras la reciente interpretación del Tribunal Supremo sobre el delito de terrorismo. Esta situación ha desencadenado una serie de preocupaciones y llamados a la acción por parte de diversos sectores de la sociedad, especialmente en el ámbito sindical y laboral. La decisión del alto tribunal de abrir causa penal contra el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, por presuntos delitos de terrorismo relacionados con el caso ‘Tsunami Democràtic’, ha puesto sobre la mesa la necesidad de una revisión profunda del Código Penal español.

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Esta controversia no solo afecta al ámbito político, sino que también tiene implicaciones significativas para los derechos fundamentales de reunión, manifestación y huelga. Los líderes sindicales y expertos en derecho laboral argumentan que la interpretación actual del delito de terrorismo en el Código Penal español es demasiado amplia y podría aplicarse de manera indebida a acciones de protesta social legítimas. Esta situación ha generado un llamado urgente a la reforma legal para alinear la definición de terrorismo con los estándares establecidos por la Unión Europea, buscando así proteger los derechos de los trabajadores y ciudadanos en general.

La necesidad de reforma del Código Penal español

La reciente interpretación del Tribunal Supremo sobre el delito de terrorismo ha generado una ola de preocupación entre los líderes sindicales y expertos en derecho laboral. Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, han encabezado un llamamiento a los grupos parlamentarios para reformar el artículo 573 del Código Penal. Esta petición busca redefinir el delito de terrorismo de acuerdo con las directrices establecidas por la Unión Europea, con el objetivo de evitar una aplicación expansiva que pudiera afectar a las protestas sociales legítimas.

La principal preocupación radica en que la actual definición de terrorismo en el Código Penal español es más amplia que la contemplada en la normativa europea. Esta discrepancia ha llevado a interpretaciones que, según los expertos, podrían incluir actos de protesta social como terrorismo, una situación que consideran inaceptable en una sociedad democrática. La reforma propuesta busca establecer una distinción clara entre los desórdenes públicos y los actos terroristas, protegiendo así el ejercicio de derechos fundamentales como la reunión, la manifestación y la huelga.

Los firmantes del manifiesto, que incluye a 70 personalidades del ámbito sindical, laboral y jurídico, argumentan que la interpretación actual del delito de terrorismo podría tener consecuencias graves para la protesta social. Existe el temor de que acciones como las tractoradas de agricultores, los bloqueos de carreteras por transportistas o incluso las huelgas de trabajadores puedan ser catalogadas como actos terroristas, a pesar de realizarse en el ejercicio de derechos fundamentales reconocidos por la Constitución española.

Implicaciones para los derechos laborales y la protesta social

La expansión de la definición de terrorismo en el Código Penal español tiene implicaciones significativas para los derechos laborales y la capacidad de los ciudadanos de expresar su descontento a través de la protesta social. Los sindicatos y expertos en derecho laboral advierten que esta interpretación podría tener un efecto disuasorio sobre la participación en manifestaciones y huelgas, limitando así el ejercicio de derechos fundamentales que son pilares de una sociedad democrática.

La preocupación se extiende más allá de las acciones sindicales tradicionales. Los agricultores que participan en tractoradas para protestar por sus condiciones de trabajo, los transportistas que bloquean carreteras para exigir mejoras en su sector, e incluso los trabajadores que ejercen su derecho a la huelga podrían verse afectados por esta interpretación expansiva del terrorismo. Esta situación plantea un desafío importante para el equilibrio entre seguridad y libertad en España, poniendo en riesgo la larga tradición democrática del país en el ejercicio de derechos fundamentales.

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Los líderes sindicales subrayan la importancia de distinguir con precisión entre los desórdenes públicos y el terrorismo. Reconocen que durante las protestas pueden producirse excesos que alcancen cierto grado de violencia, pero insisten en que estos incidentes no deben ser equiparados con actos terroristas. La reforma propuesta busca establecer criterios claros que permitan a las autoridades y al sistema judicial diferenciar entre la protesta legítima, incluso cuando esta pueda derivar en altercados, y los actos genuinamente terroristas que buscan sembrar el terror en la población.

El camino hacia una definición de terrorismo alineada con la UE

La petición de reforma del Código Penal español para alinear la definición de terrorismo con la normativa europea representa un paso crucial hacia la protección de los derechos fundamentales en España. Los proponentes argumentan que adoptar la definición más acotada de la UE permitiría mantener un equilibrio adecuado entre la seguridad nacional y la libertad de expresión y protesta.

La normativa europea sobre terrorismo se centra en actos que buscan intimidar gravemente a una población, obligar indebidamente a un gobierno u organización internacional a realizar o abstenerse de realizar cualquier acto, o desestabilizar gravemente las estructuras fundamentales políticas, constitucionales, económicas o sociales de un país. Esta definición más específica podría ayudar a evitar la criminalización de protestas sociales legítimas que, aunque puedan causar cierto nivel de disrupción, no tienen como objetivo aterrorizar a la población o subvertir el orden democrático.

Adoptar esta definición más precisa no solo protegería los derechos de los trabajadores y ciudadanos a expresar su descontento, sino que también fortalecería la seguridad jurídica en España. Al establecer criterios claros y alineados con los estándares internacionales, se reduciría la ambigüedad en la interpretación de la ley y se proporcionaría un marco más sólido para que jueces y fiscales determinen qué actos constituyen genuinamente terrorismo. Este cambio es fundamental para mantener la vitalidad de la democracia española, permitiendo que la sociedad civil siga desempeñando su papel crucial en el debate público y la defensa de los derechos laborales y sociales.

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