La reciente victoria del partido de Emmanuel Macron en las elecciones legislativas francesas ha desencadenado una serie de reacciones políticas en España, particularmente en lo que respecta a la posición del Partido Popular (PP) frente a la ultraderecha. El líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha intentado posicionarse como una voz autorizada del centro político, apelando a la unión de fuerzas centristas para evitar que los extremistas dirijan el futuro de Europa. Sin embargo, esta postura ha sido duramente criticada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que ve en ella una contradicción con las acciones y alianzas del PP en España.
La controversia surge principalmente de los pactos que el PP mantiene con Vox, un partido considerado de ultraderecha, en diversos gobiernos autonómicos y locales españoles. Esta situación ha llevado al PSOE a cuestionar la credibilidad de Feijóo como defensor del centro político, argumentando que su discurso no se corresponde con la realidad de sus acciones políticas. Además, los socialistas han señalado la aparente incongruencia entre la postura de Feijóo respecto a los resultados electorales en Francia y su actitud hacia la formación de gobiernos en España, donde el PP ha criticado la legitimidad de coaliciones que no incluyen al partido más votado.
La polémica sobre el centrismo político del PP
El PSOE ha lanzado una serie de críticas hacia Alberto Núñez Feijóo, cuestionando su autoproclamada posición de centrista político. Los socialistas argumentan que la retórica de Feijóo sobre la unión del centro político para contrarrestar el extremismo no se corresponde con las acciones del PP en España. En particular, señalan los pactos que el partido ha establecido con Vox en diversos gobiernos autonómicos y locales.
Esta contradicción, según el PSOE, pone en entredicho la credibilidad de Feijóo como defensor del centro político. Los socialistas argumentan que no se puede pretender ser una voz moderada a nivel europeo mientras se mantienen alianzas con partidos de ultraderecha en el ámbito nacional. Esta discrepancia entre discurso y acción política ha sido uno de los principales puntos de ataque del PSOE contra la estrategia de Feijóo.
Además, el PSOE ha criticado la postura del PP respecto a la formación de gobiernos tras las elecciones. Señalan que mientras Feijóo aboga por acuerdos entre fuerzas centristas en Francia, aunque no hayan sido las más votadas, en España el PP ha defendido que los gobiernos que no están liderados por el partido más votado son ilegítimos. Esta aparente contradicción en los criterios aplicados a diferentes contextos políticos ha sido otro punto de crítica por parte de los socialistas.
La relación del PP con la ultraderecha europea
El PSOE ha puesto el foco en la relación del PP con otros partidos de derecha y ultraderecha en el contexto europeo. En particular, han cuestionado la posición de Feijóo respecto a Los Republicanos, el partido hermano del PP en Francia. Los socialistas preguntan si Feijóo se alinea con figuras como Eric Ciotti, quien fue temporalmente expulsado del partido por abrir la puerta a acuerdos con la extrema derecha, o con aquellos que se opusieron a esta decisión.
Esta cuestión pone de relieve las tensiones existentes dentro de la derecha europea en cuanto a su relación con los partidos de ultraderecha. El PSOE argumenta que el PP no puede pretender ser una fuerza moderada y centrista mientras mantiene vínculos con partidos que están dispuestos a colaborar con la extrema derecha. Esta crítica busca evidenciar las contradicciones en la estrategia política del PP a nivel nacional e internacional.
Además, los socialistas han señalado que Vox, el socio del PP en varios gobiernos españoles, se ha unido al grupo parlamentario en el Parlamento Europeo donde se encuentra el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, considerado por muchos como un líder autoritario. Este hecho, según el PSOE, sitúa al PP en una posición incómoda, ya que sus aliados nacionales están alineados con fuerzas políticas más a la derecha que el partido de Marine Le Pen en Francia.
La reacción del PSOE y sus implicaciones políticas
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien también es vicesecretaria general del PSOE, ha sido una de las voces más críticas contra la postura de Feijóo. Montero ha acusado al líder del PP de sumarse al discurso de rechazo a la ultraderecha «en el último minuto», mientras que el PSOE se considera «absolutamente identificado» con esa posición desde hace tiempo.
Esta crítica refleja la estrategia del PSOE de presentarse como el verdadero baluarte contra el avance de la extrema derecha en España y Europa. Los socialistas buscan destacar su coherencia en este aspecto, contrastándola con lo que consideran una postura oportunista por parte del PP. Al acusar a Feijóo de formar gobiernos con Vox «en todos los lugares donde han sumado», el PSOE intenta subrayar la contradicción entre el discurso y las acciones del PP.
La acusación de que el PP está abriendo las puertas de las instituciones a la ultraderecha y blanqueando una ideología que «atenta contra la igualdad» es particularmente significativa. El PSOE busca así posicionarse como el defensor de los valores democráticos y de igualdad, mientras pinta al PP como un partido dispuesto a comprometer estos principios por conveniencia política. Esta narrativa tiene como objetivo reforzar la imagen del PSOE como la opción moderada y responsable frente a lo que consideran una derecha cada vez más radicalizada.